CIUDAD DE MÉXICO (AP) — La fiscalía de Durango, un estado del noroeste de México, responsabilizó el lunes a hospitales privados de esa entidad de la contaminación de anestésicos que causó un brote de meningitis que ha matado a 22 personas y enfermado al menos a 71.
En un comunicado, la fiscalía dijo haber emitido siete órdenes de detención contra administradores y propietarios de cuatro hospitales privados en los que se produjo el brote a partir de noviembre.
Casi todos los infectados eran mujeres sometidas a procedimientos obstétricos. Todas las pacientes fueron objeto de un procedimiento de anestesia aplicada por medio de agujas a la médula espinal. Más tarde, el gobierno federal confirmó que las inyecciones estaban contaminadas con un hongo.
Algunos temían que la medicación se hubiera contaminado en el proceso de fabricación o distribución, pero las autoridades afirmaron que el problema surgió en los hospitales.
Según la fiscalía, “resultados de laboratorio” determinaron que los procedimientos aplicados en esos centros fueron los causantes de la enfermedad aunque no aclararon qué se hizo mal.
Previamente, se habían cerrado las cuatro clínicas, alegando que se habían detectado “graves deficiencias” durante las inspecciones.
Este ha sido el último escándalo para el sistema de salud de México, que también ha tenido dificultades recurrentes en el suministro de medicamentos para niños con cáncer.
En 2020, 14 personas murieron después de que un hospital gestionado por la petrolera estatal mexicana administrara a pacientes de diálisis un medicamento contaminado con bacterias. Más de 69 pacientes enfermaron en ese brote.