Las pacientes de cáncer de mama que interrumpieron la terapia para buscar un embarazo no tuvieron peores recurrencias

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Aunque el cáncer de mama se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres de mediana edad y mayores, alrededor del 5 por ciento de los nuevos diagnósticos que se producen cada año se dan en mujeres de 40 años o menos. Estas pacientes más jóvenes se enfrentan a algunas consideraciones únicas, como la fertilidad, recuerda la autora principal del estudio norteamericano, Ann Partridge, vicepresidenta de oncología médica en el Instituto del Cáncer Dana-Farber y profesora de medicina en la Escuela de Medicina de Harvard.

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"Entre el 40 y el 60 por ciento de las pacientes a las que se les diagnostica un cáncer de mama a los 40 años o menos están preocupadas por su futura fertilidad, sobre todo si la enfermedad se produce antes de que puedan decidir si quieren ser madres o no", apunta.

La doctora Olivia Pagani, coautora del estudio y presidenta del Grupo Internacional de Estudio del Cáncer de Mama, señala que sólo entre el 5 y el 10 por ciento de las pacientes más jóvenes con cáncer de mama se quedan embarazadas.

Aunque algunos estudios retrospectivos han demostrado que el embarazo después del cáncer es factible y seguro, a muchas mujeres les preocupa que el tratamiento del cáncer de mama dificulte la concepción o que el embarazo pueda agravar el cáncer de la mujer, explica Pagani, que también es miembro del Grupo Suizo de Investigación Clínica sobre el Cáncer, docente de las universidades de Ginebra y Lugano, y miembro de la Escuela Europea de Oncología.

Las mujeres jóvenes con cáncer de mama positivo para receptores hormonales (RH) en fase inicial suelen recibir tratamiento endocrino, como la supresión de la función ovárica, los inhibidores de la aromatasa o los moduladores selectivos de los receptores de estrógenos.


Para examinar el impacto de la pausa de la terapia endocrina para buscar el embarazo, los investigadores diseñaron el ensayo clínico de un solo brazo POSITIVE (Pregnancy Outcome and Safety of Interrupting Therapy for Women with Endocrine Responsive Breast Cancer).

Desde diciembre de 2014 hasta diciembre de 2019, 518 mujeres de 42 años o menos que deseaban quedarse embarazadas se inscribieron en el estudio, optando por pausar la terapia endocrina durante aproximadamente dos años para intentar quedarse embarazadas. Antes de interrumpir su tratamiento, las mujeres habían completado entre 18 y 30 meses de terapia endocrina adyuvante.

En el estudio participaron pacientes de 116 centros de 20 países, el 23% de América del Norte, el 61% de Europa y el 16% de Asia/Pacífico y Oriente Medio. Un comité de supervisión de la seguridad de los datos realizó tres análisis provisionales de seguridad. Si se hubieran producido más de 46 recidivas de cáncer de mama en un plazo de aproximadamente tres años de seguimiento medio, el ensayo se habría suspendido. No se alcanzó ese umbral.

En una mediana de seguimiento de 41 meses, 44 participantes habían experimentado una recidiva de cáncer de mama. La tasa de recurrencia a los tres años fue del 8,9%, similar a la tasa del 9,2% de una cohorte de control externo de los ensayos SOFT/TEXT, que examinaron la terapia endocrina adyuvante en mujeres premenopáusicas.

De 497 mujeres a las que se les hizo un seguimiento del estado de embarazo, 368 (74 por ciento) tuvieron al menos un embarazo, y 317 (63,8 por ciento) tuvieron al menos un nacimiento vivo, con un total de 365 bebés nacidos. Estas tasas de concepción y parto estaban a la par o eran superiores a las del público en general, dijo Pagani.

Se recomendó encarecidamente a las participantes en el ensayo que reanudaran el tratamiento endocrino tras un intento de embarazo o un éxito. Hasta la fecha, el 76,3% ha reanudado su terapia, afirman los autores.


Partridge y Pagani señalan que el estudio proporciona una orientación alentadora a las mujeres más jóvenes diagnosticadas de cáncer de mama que puedan tener la esperanza de tener hijos. Cualquier decisión de este tipo debe tomarse en estrecha consulta con los profesionales de la salud, señalan.

"El ensayo POSITIVE proporciona datos importantes para apoyar a las mujeres jóvenes con cáncer de mama precoz positivo al RH que están interesadas en un embarazo y en hacer una pausa en la terapia endocrina para conseguirlo", subraya Partridge, que dirigió el estudio en Norteamérica en nombre de la Alianza para Ensayos Clínicos en Oncología.

"El embarazo tras un cáncer de mama es una decisión muy personal para la que, idealmente, la mujer debería tener en cuenta no sólo su deseo de llevar un embarazo, sino su fertilidad de base, el tratamiento previo y actual, y cualquier estrategia de preservación de la fertilidad que haya seguido, así como el riesgo subyacente de recurrencia del cáncer al que se enfrenta", advierte Pagani.

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Los investigadores continúan el seguimiento de las participantes en el estudio para evaluar el riesgo de recidiva a lo largo del tiempo y señalan que el breve seguimiento realizado hasta la fecha es una limitación del estudio POSITIVE, ya que el cáncer de mama con RH positivo puede reaparecer muchos años después del diagnóstico inicial.

LA PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA EN EL ESTUDIO POSITIVE

En el estudio se incluyeron pacientes de 116 centros de 20 países; el 23% de América del Norte, el 16% de Asia/Pacífico y Oriente Medio y el 61% de Europa, de los cuales 72 pacientes proceden de 18 hospitales españoles y han sido reclutados a través de los grupos de investigación SOLTI y GEICAM.

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Para el doctor Manuel Ruiz Borrego, co-coordinador del estudio POSITIVE en España, miembro de la Junta Directiva de GEICAM y jefe de la unidad de Cáncer de Mama del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, "los resultados del estudio POSITIVE resuelven una duda muy importante para las mujeres jóvenes con cáncer de mama precoz y receptores hormonales positivos que reciben tratamiento después de cirugía y que quieren ser madres".

"Con los resultados de este estudio, pueden serlo con cierta seguridad, interrumpiendo la terapia durante un periodo de tiempo para retomarla después, al haber comprobado que no hay una diferencia entre la evolución de estas pacientes y las que realizan el tratamiento hormonal continuo", afirma.

"Los primeros resultados de este estudio pionero demuestran que el embarazo sería seguro para aquellas mujeres cuyo tumor expresa receptores hormonales positivos -que es el que más puede preocupar por el aumento de estrógenos durante el embarazo- ya que tras un seguimiento medio de 41 meses, la tasa de recaídas en estas pacientes que pausaron el tratamiento para quedarse embarazadas dentro del estudio fue del 8,9%, frente a un 9,2% en pacientes de condición equivalente en cuanto a edad y tratamiento que no lo hicieron", afirma explica la doctora Cristina Saura, coordinadora del estudio POSITIVE en España, miembro de la junta directiva de SOLTI y jefa de la unidad de cáncer de mama del Hospital Vall d'Hebron y VHIO.

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El estudio es promovido y liderado a nivel mundial por el International Breast Cancer Study Group (IBCSG), una división de la Fundación ETOP-IBCSG Partners y por Alliance for Clinical Trials in Oncology in North America, en colaboración con el Breast International Group (BIG), que opera a través de los grupos SOLTI y GEICAM en España.

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