El concepto futurista de la concepción de bebés, los llamados bebés de probeta, ya ronda la cabeza de muchos científicos y empresarios, y al menos el yemení Hashem Al-Ghaili dio un gran paso en el proyecto… mediante un video conceptual.
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La animación por computadora le permitió darle forma al concepto EctoLife, en el que supuestamente hará crecer hasta 30 mil bebés al año dentro de úteros artificiales.
El video muestra la operación de la granja, son miles de incubadoras en forma de cápsula en la que los fetos aparecen alimentados a través de un cordón umbilical artificial y por medio de un sistema computarizado se controlaría desde la temperatura hasta los nutrientes que necesitarían los bebés para su desarrollo.
Y así, un concepto de ciencia ficción digno de una película tipo Matrix se convierte en una opción para la concepción de bebés bajo un diseño que permite elegir los genes para definir desde el color de pie, ojos, estatura, hasta nivel de inteligencia.
Pese a ser ficción, el concepto se presenta como una opción realista para acabar con los problemas de natalidad en el mundo y con objeto de reducir el número de nacimientos prematuros, abortos o enfermedades, sobre todo las incurables o los ‘defectos’.
Esta idea del yemení Hashem Al-Ghaili no es nueva, quizá el gran antecedente es la propia oveja Dolly, la cual fue clonada, pero desató el concepto de gestación de probeta, de laboratorio.
Otro tipo de visionarios como Elon Musk también impulsan sus ideas de natalidad futurista que evite el colapso demográfico, ya sea porque la gente no quiere tener hijos y ocuparse de su desarrollo profesional o por evitar el ‘sufrimiento’ y esfuerzo que implica un embarazo.
EctoLife no es una empresa real ni un laboratorio de investigación, solo es un concepto, pero ya revoluciona con su propuesta de crear un útero artificial a un nivel industrial y aplicarlo a los humanos.
El llamado Centro de Úteros Artificiales plantea una nueva y controvertida forma de quedarse embarazada, con el bebé creciendo en un entorno idealizado, controlado: “cápsulas de crecimiento”.
Incluso plantea la propuesta de que más adelante las cápsulas, en lugar de estar en la granja, sean colocadas en las habitaciones de los futuros padres, que formen parte del mobiliario mientras se observa directamente el crecimiento del feto y posterior bebé.
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Es más en una siguiente etapa hasta se podrá monitorear por una aplicación cada etapa del desarrollo del futuro ‘heredero’ de la familia.
Bueno, pero todo esto es solo un concepto, no existe y no hay planes —al menos oficialmente— para construir el Centro de Úteros Artificiales de EctoLife.
El yemení Hashem Al-Ghaili no es un genetista, sino un cineasta, comunicador y biotecnólogo molecular; sin embargo, su propuesta echa a andar muchas mentes que quizá sí estén dispuestas a intentarlo.
Por lo pronto Al-Ghaili cree que será posible que dentro de unos años su idea se hará realizar y quizá se logre generalizar dentro de unas décadas.
Uno de sus argumentos sería la posibilidad de eliminar el dolor, la intrusión o las necesidades especiales que requiere una embarazada (estrés, dieta, sueño) para que el feto llegue a buen término.
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La concepción in vitro
El proceso utilizaría fertilización in vitro en la que los padres podrían elegir el “embrión más viable y genéticamente superior”, y también permitiría modificar genéticamente al feto para personalizar sus rasgos, incluida la fuerza física y la eliminación de enfermedades hereditarias.
Y para que la espera no sea aburrida, la interacción sería mediante listas de música para los bebés o grabar mensajes para que sean reproducidos dentro de este útero tan particular, para que se ‘comuniquen’ en el proceso.
También plantean la posibilidad de utilizar la realidad virtual con un traje háptico (como en Ready Player One) para contar con una sensación más cercana del ‘bebé que está por nacer’.
