ANCHORAGE, Alaska, EE.UU. (AP) — Summer Myomick arropó a su bebé para protegerlo de los gélidos vientos provenientes del Mar de Bering y salió a las penumbras de una intensa nevada. Había salido de visitar a unos familiares en la escuela y se dirigía a la clínica de salud, a tan sólo 140 metros (150 yardas) de distancia, pero la joven madre apenas podía ver hacia donde caminaba... o el peligro que se cernía sobre ella.
Myomick, de 24 años, y su hijo de 1 año, Clyde Ongtowasruk, apenas habían cruzado la puerta principal de la escuela Kingikmiut, en Wales, Alaska, a poca distancia del Círculo Polar Ártico, cuando un oso polar salió de la impenetrable borrasca y se abalanzó sobre ellos el martes. Fue el primer ataque fatal de un oso polar contra un humano en 30 años en Alaska, el único estado de Estados Unidos en donde habita la especie.
Mientras se producía el ataque, la directora de la escuela ordenó que se cerraran las instalaciones y que se bajaran las persianas para que los niños no pudieran ver lo que sucedía frente a la entrada. Varios empleados y miembros de la comunidad dejaron atrás la seguridad de la escuela y salieron para intentar ahuyentar al animal con palas.
El ataque se detuvo temporalmente sólo cuando el animal centró su atención en ellos, quienes tuvieron que correr a toda prisa de regreso a la escuela. La directora Dawn Hendrickson azotó la puerta en las narices del oso, una acción que posiblemente salvó vidas, relató Susan Nedza, administradora principal del Distrito Escolar del Estrecho de Bering.
“El oso polar los estaba persiguiendo y también trató de entrar”, dijo Nedza, quien recibió las desesperadas llamadas telefónicas sobre el ataque en su oficina de Unalaklett, a unos 400 kilómetros (250 millas) de distancia. “Fue algo horrendo. Algo que nunca crees que vas a experimentar”.
No hay departamentos policiales en Wales, así que mientras el oso seguía allá afuera, se hizo un llamado de ayuda a los miembros de la comunidad. Una persona que aún no ha sido identificada llegó con un arma de fuego y mató al oso mientras éste seguía atacando a Myomick y a su hijo.
Al parecer la madre y el bebé no tenían idea de lo que se les acercaba debido a la escasa visibilidad, dijo el portavoz de la Patrulla Estatal de Alaska, Austin McDaniel, en declaraciones a The Associated Press el jueves.
Wales, una comunidad ballenera ubicada en el extremo occidental del territorio continental de Estados Unidos — a tan sólo 80 kilómetros (50 millas) de Rusia por el Estrecho de Bering — tiene unos 150 habitantes, la mayoría de ellos inupiat. Al lugar se puede llegar únicamente por aire o mar, incluidas barcazas que entregan artículos para el hogar. Los senderos invernales dan acceso en motos de nieve hacia otras comunidades y territorios de caza de subsistencia.
La escuela Kingikmiut, al igual que otras en muchas comunidades nativas rurales de Alaska, también funge como centro comunitario. La vista desde la entrada principal, en donde ocurrió el ataque, es una interminable extensión de nieve hasta el horizonte.
Nedza dijo que recibió una llamada telefónica de Hendrickson, quien estaba notablemente alterada, poco antes de las 2 de la tarde del martes. Le informó que los alumnos estaban encerrados y a salvo.
La tormenta de nieve que le brindó camuflaje al oso, así como la falta de luces de aterrizaje en el aeródromo de Wales, evitaron que los elementos de la Patrulla Estatal de Alaska y un funcionario estatal de vida silvestre llegaran pudieran aterrizar para iniciar sus investigaciones hasta el miércoles.
Se desconoce qué fue lo que provocó el ataque. Sin embargo, los osos polares ven al ser humano como una presa, dijo Geoff York, director sénior de conservación en Polar Bear International.
Muestras tomadas del oso fueron llevadas al veterinario del estado, mientras que los cuerpos de las víctimas fueron trasladados vía aérea a Nome, desde donde eventualmente serán enviados a la Oficina de Medicina Forense del Estado, en Anchorage.
La escuela canceló las clases el miércoles para que los alumnos pudieran estar con sus familias, y el distrito escolar envió vía aérea a terapeutas a Wales. La escuela planeaba reabrir gradualmente las instalaciones el jueves y viernes, sin que se den clases pero sí oportunidad para que los estudiantes vean a los terapeutas, y puedan comer o jugar, dijo Nedza.
En 2019, científicos de Alaska del Servicio Geológico de Estados Unidos encontraron que cambios en el hábitat de hielo marino coincidían con evidencia de un uso más frecuente de tierra firme por parte de los osos polares, incrementando las posibilidades de un encuentro con humanos.
Los osos polares son la especie de oso más grande, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos. Los machos pueden pesar más de 770 kilos (1.700 libras), pero normalmente pesan entre 270 y 540 kilos (600 y 1.200 libras) y alcanzan los 3 metros (10 pies) de longitud. Las hembras pesan entre 180 y 320 kilogramos (400 y 700 libras). Los osos polares suelen alimentarse de focas, pero también de morsas y belugas.
Los osos polares son una especie amenazada de acuerdo con la Ley de Especies en Peligro de 2008, y además cuenta con la protección de la Ley de Protección de Mamíferos Marinos. Ambas leyes prohíben que se le haga daño al animal sin autorización, a menos que sea absolutamente necesario para la seguridad humana.