MOGADISCIO, Somalia (AP) — La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, exhortó el domingo a los donantes del mundo a que ayuden de inmediato a Somalia para que pueda hacer frente a una hambruna, de la que dijo es “el mayor fracaso de la comunidad internacional”.
En la que es la primera visita de un miembro del gabinete de Estados Unidos a Somalia desde 2015, Thomas-Greenfield escuchó la advertencia más cruda hasta ahora acerca de la crisis: Los fallecimientos excesivos durante la sequía, la más larga de la que se tenga registro en la historia de Somalia, “casi seguramente” superarán los de la hambruna declarada formalmente en el país en 2011, cuando murieron más de un cuarto de millón de personas.
En esta ocasión, el mundo está atento a otras cosas, dicen muchos funcionarios de ayuda humanitaria.
“Muchos de los que tradicionalmente donan se han lavado las manos y se enfocaron en Ucrania”, le dijo Adam Abdelmoula, coordinador residente de las Naciones Unidas en Somalia, a Thomas-Greenfield durante una sesión informativa en Mogadiscio.
Aunque la embajadora estadounidense declinó “nombrar y avergonzar” abiertamente a nadie en su discurso en el que solicitó más ayuda de los donantes, sí dijo: “Los países saben a quién nos referimos”. Por su parte, Abdelmoula no titubeó a la hora de dar nombres.
La Unión Europea, por ejemplo, sólo financió el 10% del plan de respuesta humanitaria para Somalia el año pasado, le dijo Abdelmoula a The Associated Press. La UE dio 74 millones de dólares y Gran Bretaña 78 millones, según datos de la ONU. Japón donó 27 millones de dólares y Arabia Saudí 22 millones.
Por su parte, Estados Unidos financió aproximadamente el 80%, otorgando 1.300 millones de dólares a Somalia desde el comienzo del año fiscal 2022. La embajadora anunció el domingo que Washington donará otros 40 millones de dólares.
Pero Estados Unidos “no puede seguir jugando a ese nivel, incluso si no hubiera (guerra en) Ucrania”, le dijo Thomas-Greenfield a la AP en una entrevista, e indicó también que a Washington le gustaría que los paises del cercano Golfo Pérsico, por ejemplo, donen más.
Especificó cuáles serán los riesgos letales en las semanas por venir si otras naciones no participan.
“Según la ONU, sin contribuciones de otros donantes, la asistencia crucial en alimentos y nutrición con la que se apoya a 4,6 millones de personas en Somalia llegará a su fin” para abril, dijo Thomas-Greenfield.
Eso ocurrirá en un momento en que se prevé que la sexta temporada consecutiva de lluvias en el país gravemente afectado por la sequía se malogre. Estados Unidos está “profundamente preocupado” por la terrible situación, les dijo a funcionarios de ayuda humanitaria.
La embajadora pronunció su discurso en el complejo diplomático implementado en el aeropuerto internacional de Mogadiscio, ubicado a la orilla del mar.
El último miembro del gabinete estadounidense que había visitado Somalia fue John Kerry cuando era secretario de Estado en mayo de 2015.