MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Mette Frederiksen ha planteado que no sea festivo el Gran Día de Oraciones, de origen cristiano y cuya celebración específica varía cada año. Corresponde al cuarto viernes después del Domingo de Resurrección.
Entre quienes cuestionan la eficacia de la medida están los sindicatos, que lamentan también un retroceso de los derechos laborales y han llamado a la población a salir a la calle. Unas 50.000 personas, según los convocantes, se han concentrado frente al palacio de Christiansborg, informa el periódico 'Jyllands Posten'.
Frederiksen, que revalidó el cargo en diciembre de 2022, ha planteado que Dinamarca siga dando pasos para elevar al 2% del PIB el gasto destinado a Defensa, en línea con los compromisos de la OTAN, en un contexto marcado por la guerra en Ucrania.