Un centro médico privado del estado de Ohio ha informado de que multitud de sus pacientes comparten síntomas similares entre los que se incluyen sensación de quemazón al respirar, erupciones cutáneas o debilidad general, todo ello tras el decarrilamiento de un tren que transportaba sustancias químicas.
Te puede interesar: El desastre químico de Ohio tendrá repercusiones a largo plazo
Asi lo han informado los trabajadores del Quick Med Urgent Carte en Columbiana, quienes han detallado que cada vez están viendo “más y más gente” proveniente de East Palestine -la localidad en la que decarriló el tren el pasado 3 de febrero- y quejándose de que no se sienten bien, ha informado ‘The Hill’.
Todos ellos comparten síntomas como sensación de ardor al respirar, erupciones cutáneas o debilidad general. Además, cuando empiezan a sentirse mejor y reciben el alta, al poco tiempo regresan al hospital porque vuelven a encontrarse mal.
“Podría tratarse de muchas cosas, pero si sales de casa y “los síntomas” mejoran, y vuelves y vuelve a aparecer, no creo que se trate de alergias ni creo que sea un resfriado”, ha afirmado la portavoza de Quick Med, Deb Weese, señalando que cree que estos síntomas tienen relación con lo que las personas de East Palestine están inhalando.
Asimismo, ha aseverado que la sensación de quemazón al respirar podría ser una forma de bronquitis química, instando a cualquier persona que sufra síntomas similares a buscar tratamiento.
“Seamos realistas: Si llega el caso, podría ser algo en el futuro derivado de todas estas sustancias químicas que están respirando y que desconocemos, por lo que es importante que documenten todos sus síntomas”, ha relatado Weese al citado diario.
Ciudadanos exigen una investigación completa
Las autoridades sanitarias estadounidenses y los residentes de la ciudad de East Palestine, en el estado de Ohio, atraviesan un periodo de seria incertidumbre a la espera de dilucidar los efectos a largo plazo del descarrilamiento, el pasado 3 de febrero, de un tren de mercancías con sustancias químicas peligrosas que obligó a la evacuación temporal de la localidad, cuyos ciudadanos exigen una investigación completa de lo ocurrido antes de reanudar su vida normal.
Parte de esta investigación atañe al propio tren operado por Norfolk Southern. Empleados de la compañía, bajo condición de anonimato, revelaron esta semana a la cadena CBS que el vehículo había experimentado fallos mecánicos dos días antes del descarrilamiento y que transportaba una carga a todas luces exagerada: 151 vagones, entre ellos una veintena con elementos nocivos, para un peso total de unas 18 mil toneladas.
Hasta el momento, la Junta Nacional para la Seguridad del Transporte de EU ha constatado “indicios preliminares de problemas mecánicos en uno de los ejes”, a la espera de recabar más información.
Un total de 38 de estos vagones acabaron saliéndose de la vía, de los cuales al menos once contenían acrilato de butilo y, sobre todo, gas de cloruro de vinilo, empleado para la fabricación de plásticos y potencialmente cancerígeno.
El incendio desatado por el descarrilamiento -acompañado de una explosión que lanzó una bola de fuego a casi un kilómetro de altura- obligó a la evacuación inmediata de buena parte de los 4 mil 700 residentes de East Palestine tanto por la liberación del gas en los vagones descarrilados como en los otros nueve coches con sustancias tóxicas que seguían en la vía.