El gobierno de Reino Unido prohibió, con efecto inmediato, la instalación de TikTok en teléfonos y otros dispositivos vinculados a la administración pública, acción que se suma a las decisiones que ya han adoptado en los últimos meses la Administración de Estados Unidos o la Comisión Europea.
El ministro de gabinete británico, Oliver Dowden, anunció la medida en una declaración ante la Cámara de los Comunes, señalando que, aunque el uso de TikTok es “limitado” en dispositivos oficiales, la presencia de la aplicación china “podría” suponer un riesgo en materia de ciberseguridad.
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El temor aumentó en Occidente en relación al posible uso de TikTok como caballo de Troya para promover propaganda a favor de China o recopilar datos de usuarios, pero Pekín respondió que tras esta cascada de vetos se esconde una intencionalidad política sin ningún tipo de justificación tecnológica real.
El primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ya ha había avisado de que examinaría los pasos dados por gobiernos “aliados” y finalmente su gobierno siguió la misma línea de otros como Estados Unidos, Canadá o India. En el caso británico, se da la circunstancia de que algunos ministerios, como el de Defensa, tienen cuentas oficiales en TikTok.
