El brote de cólera que fue declarado el pasado mes de octubre del 2022 se ha llevado hasta ahora 640 vidas y los registros indican que poco menos de 39 mil personas son casos sospechosos. La crisis sanitaria se agrava cada día de pasa ante las enormes dificultades de atención a la población inmersa en la violencia armada.
El Ministerio de Salud Pública y Población (MSPP) de Haití alertó de 38 mil 262 casos posibles y de unos 32 mil 800 hospitalizados hasta el 23 de marzo, informaron a la ciudadanía.
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El país caribeño solo ha podido confirmar dos mil 558 casos positivos, una cifra casi imposible de valorar por las deficiencias que presenta su sistema sanitario.
Tristemente la incidencia alta se da entre los más pequeños, en especial entre los menores de edad que rondan el año y los nueve de vida. Aquí la cifra se aproxima a los 13 mil casos.
Esta crisis sanitaria ocurre en un momento de extrema inseguridad hasta el punto de que el gobierno de Canadá anunció el transporte de vehículos blindados a Haití para hacer frente a la crisis y la Unión Europea se mostró favorable, en principio, a una posible intervención internacional.
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Más de 530 personas han muerto desde principios de año en Haití como consecuencia de los choques entre grupos armados, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, según la oficina de la ONU para los Derechos Humanos, la cual ha mostrado “profundamente preocupada” por una violencia “extrema” que parece desde hace meses “fuera de control”.
