Así de desgarrador e inhumano es como describen los migrantes el trato de los guardias de seguridad hacia ellos, quienes llegaban al Instituto de Nacional de Migración, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
El terror que vivieron varias personas que buscaban cruzar a Estados Unidos por la frontera con México. lamentablemente quedaron a medias, pues muchas murieron calcinadas dentro de una celda. De aquellos migrantes que sobrevivieron, se rescataron estos testimonios.
Te recomendamos: Arranca repatriación de restos de migrantes fallecidos en centro de detención de Chihuahua
“Si te arrestaban y te mantenían en esa cárcel, solo había dos salidas. Transferías 200 dólares o te enviaban de vuelta a tu país”, confesó un migrante venezolano quien pagó y pidió no mostrar su nombre por miedo a ser perseguido.
El ahora sobreviviente estuvo encerrado en el centro durante cuatro horas el mismo día del incendio. Escapó de la muerte porque su familia en Venezuela transfirió el dinero antes de las 19 horas, tiempo de México. Esa es la hora límite que le dieron los guardias para depositar el dinero o ser deportado al día siguiente.
Confesión de los guardias
“Los familiares de los migrantes detenidos debían depositar los pagos de extorsión en las cuentas bancarias personales de los guardias de seguridad privada, esto es para evitar un rastro de papel del dinero que iba directo a funcionarios mexicanos”, reveló un guardia que se mantendrá en el anonimato.
“Cada migrante pagaba entre 200 y 500 dólares (tres mil 600 y nueve mil pesos) para ser liberado”, mencionó otro guardia que trabajó en las instalaciones durante cuatro años, incluida la noche del incendio, redactó Vice.
“Teníamos la orden de cerrar las puertas a las siete de la noche y si pagaban antes, los dejábamos salir. De lo contrario, eran deportados a sus países o enviados a la Ciudad de México... al menos eso nos decían”.
“Mis superiores estaban al tanto del plan, los empleados o guardias que se negaban a participar eran despedidos o enviados a otra instalación donde ‘no había dinero extra para ganar’”.
“Dentro había compañeros que vendían cigarros y encendedores a los migrantes, se los dejaban al doble de lo que costaban afuera. De alguna forma tenían que sacarle dinero a los detenidos”, confesó otro guardia, quien también pidió que no se publicara su nombre.
Sobre el incendio
Ambos guardias, entrevistados por un medio mexicano, mencionaron que “las ventas clandestinas pudieron haber contribuido al incendio, el cual estalló minutos antes de las 10pm, después de que un migrante supuestamente prendió fuego a un colchón para protestar porque no les habían dado comida ni agua en 10 horas”.
El fuego avanzó rápidamente pero el “personal de seguridad no tenía llaves de la celda donde estaban encerrados los migrantes (...) el oficial del INM que estaba a cargo se había ido por la noche. No había nadie con llaves para abrir la celda”, aseguró uno de los exguardias.