La Semana Santa terminó con un saldo de seis de cada 10 mexicanos afectos por los gastos y las deudas que dejaron las vacaciones, salidas balnearios, cines y compra de antojos en casa o en familia.
Aunque muchos no lo reconozcan, del 60% de personas que “se las vieron duras por tanto gasto” en la Semana Mayor, al menos, 40% llegó al Domingo de Resurrección con deudas y más deudas, señaló la coach en Finanzas, Sandra Huerta.
Te puede interesar: ¿Te suena? Falta de dinero ‘crucifica’ a vacacionistas en Semana Santa
La especialista explicó que, debido al impacto de la inflación, quienes salieron de vacaciones pagaron un sobreprecio de 35% a 40% en el costo de pasajes aéreos o terrestres, hoteles, excursiones, entradas a balnearios y visitas a pueblos mágicos.
Mientras que las familias que se quedaron en casa organizaron comidas en casa, visitaron centros comerciales, cines y consintieron a los más pequeños con algún antojo: desde golosinas y helados, hasta postres especiales y uno que otro pastel.
“Y todo ello implicó gastos extra, que en mayor medida fueron pagados a través de tarjetas de crédito, meses sin intereses y tarjetas departamentales; cuyo costo se suma a las deudas preexistentes, que las familias arrastran desde la cuesta de enero.
“Si tomamos como referencia el reporte más reciente del Banco de México (Banxico), sobre los usuarios de tarjetas de crédito, sabemos que, al menos, 40% acostumbra a hacer pagos chiquitos y, son justamente ellos, quienes en Semana Santa se vieron más afectados, con deudas que tardarán hasta un año en liquidar”.
5 tips para rescata tu bolsillo
Para contener las deudas que te dejó la Semana Santa y rescatar el poder económico de tu bolsillo, la Condusef y los especialistas en finanzas personales te recomiendan:
1. Evalúa tu situación financiera
Revisa los recibos, notas, vouchers y estados de cuenta de tus tarjetas bancarias, suma el importe de todos pagos pendientes del mes e integra los gastos de tu hogar: renta, transporte, alimentos, salud, educación y mensualidades de préstamos preexistentes.
Después suma todos tus ingresos del mes y resta el dinero que, sí o sí, debes cubrir durante el mes; de esta forma podrás saber cuánto debes, y qué monto de tus quincenas está disponible para comenzar a liquidar las cuentas.
2. Libera y recupera recursos
Reduce, elimina y, si es posible, cancela todos los gastos innecesarios: golosinas o antojos en la calle, hasta las vistas a restaurantes, películas en el cine o cuotas de apps de streaming que no aprovechas; también bájale al consumo de agua, gas, luz, telefonía y apps de comida para llevar o transporte.
Los recursos que ahorres por tales concepto, más el ingreso disponible –libre del gasto familiar, que arrojo la primera recomendación– utilízalos para liquidar los adeudos. Haz un esfuerzo para no dejar de pagar, aunque sea el mínimo, pero no te atrases y no pagues comisiones e intereses moratorios.
3. No te asustes, si no te alcanza el dinero
Si saliste tablas o no te alcanza la quincena, tienes dos opciones: primero, acude a tu banco o acreedor, diles que estás atrasado y que buscas ponerte al corriente, a través de una una reestructuración financiera: con una mensualidad fija que puedas cubrir y una tasa de interés manejable.
Segunda, genera ingresos extra y que no te pena si, para ello, debes vender algún artículo por Internet, buscar un trabajo de fin de semana, dar asesorías, realizar una venta de garaje o postres, pasteles y hacer reparaciones en la casa de tus vecinos o amigos. Destina todo lo que saques al pago de las deudas de Semana Santa.
4. Olvídate de las tarjetas y no contrates más deudas
Recuerda que un hoyo no tapa otro. Guarda bajo llave las tarjetas bancarias, no utilices tu línea de crédito para sacar efectivo y elimina los contratos de servicios que no sean indispensables o cámbialos a un plan más barato: televisión de paga, telefonía, Internet, apps o entretenimiento.
5. Planea y anticípate
Para no volver a sufrir los estragos del sobreendeudamiento, es necesario que, una vez que liquides tus compromisos de Semana Santa, inicies la planeación de los gastos del próximo ciclo escolar o las vacaciones de verano.
Ahorra un porcentaje de la quincena y prepara tu bolsillo para cubrir dichos eventos, que son recurrentes y están previstos para los próximos tres meses.