En un ambiente tranquilo y controlado, en compañía de música, colchonetas y antifaces, será como transcurra la sesión que los consumidores de psilocibina experimentarán en los centros de servicio autorizados tras probar los hongos alucinógenos.
Sus guías “en el viaje” también los proveerán durante la sesión de consumo de la sustancia con una almohada, un balde, una libreta y lápices de colores para la experiencia que promete alucinaciones visuales y auditivas y alteraciones profundas de la conciencia al paso de unas horas de haberla ingerido.
¿Qué es y cómo se consume la psilocibina?
Se trata de una sustancia que se encuentra en los llamados “hongos alucinógenos”, y puede venir en forma de hongos enteros de tallos largos y deshidratados, hongos molidos homogeneizados, extractos y productos comestibles.
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La sustancia alucinogénica se obtiene de ciertos tipos de hongos oriundos de las regiones tropicales y subtropicales de Sudamérica, México y Estados Unidos, que se sabe pueden producirse de forma sintética, aunque las autoridades descartan que esté ocurriendo.
De acuerdo al Departamento de Justicia de Estados Unidos, los hongos de psilocibina se ingieren por vía oral, como infusión o al añadirse a otros alimentos para cubrir su sabor amargo, e incluso cubiertos de chocolate.
Además, estudios recientes revelaron que en adultos con depresión mayor reduce síntomas como la ansiedad existencial y la depresión, sobre todo en los pacientes con un diagnóstico de cáncer potencialmente mortal.
La ciudad que legalizó el consumo de los hongos alucinógenos
Fue desde 2020 cuando la ciudad estadounidense de Oregon aprobó el uso regulado de psilocibina, donde la expectación ha aumentado durante los últimos dos años y medio, aguardando el día -que podría llegar a fines de este año-, en que los consumidores tendrán acceso a la droga.
Por lo pronto, el Oregon Psilocybin Center otorgó a los tres primeros “facilitadores” sus permisos estatales, mientras que se tiene previsto emitir los permisos a los centros de servicio y laboratorios solicitantes “en los próximos meses”.
Pero, cientos de personas ya invirtieron miles de dólares en esta incipiente industria de las experiencias legales con hongos alucinógenos, y a algunas de ellas les preocupa que su lanzamiento está demorando demasiado.
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Alrededor de 100 personas completaron recientemente un curso de 7 mil 900 dólares que duró seis meses, en un retiro cerca de Portland para aprender a convertirse en “facilitadores” y obtener un certificado. Eso les permite posteriormente tomar un examen administrado por la autoridad de salud para recibir su permiso como guías.
Aún están pendientes las licencias para los centros de servicio, en donde los consumidores tendrían acceso a la psilocibina. El mismo caso ocurre con las licencias para los laboratorios, donde se examinarán los productos para determinar su potencia.
Con información de AP y Johns Hopkins Medicine.