Los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, mejor conocidos como “Los Chapitos”, enviaron una polémica carta al noticiero nocturno de Azucena Uresti, en la que se deslindan como organización criminal de la producción de fentanilo, la droga que tiene sumido a Estados Unidos en una crisis en materia de salud por el alza de su consumo en los más jóvenes.
En los últimos meses, ha aumentado el debate sobre el tema, que incluso ha provocado fricciones entre los gobiernos de México y Estados Unidos, sobre el cual la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) responsabilizó a la organización dirigida por Iván Archivaldo Guzmán Salazar y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
Los hijos de “El Chapo” aseguraron que son víctimas de una persecución política, sobre todo del gobierno estadounidense, a la que se han sumado otras agencias policiales y medios de comunicación de todo el mundo, que los han colocado como culpables de los problemas de salud que atraviesan en territorio estadounidense.
“Los hijos de Joaquín Guzmán Loera, a quienes ahora en un afán publicitario nos denominan ‘Los Chapitos’, jamás hemos producido, maquilado o comercializado fentanilo ni ninguno de sus derivados. Somos víctimas de una persecución y nos convirtieron en chivo expiatorio”, indicaron en la carta que hicieron llegar a través del abogado José Refugio.
Al respecto, indicaron que no solo ellos operan en Sinaloa y otras entidades del país, pues otras organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas hacen uso de su nombre para obtener beneficios y ganancias, mientras ellos son los perjudicados y sufren una afectación a su imagen.
“Del cártel de Sinaloa no somos la cabeza ni estamos interesados en serlo. Lo que sí existe es un sinnúmero de grupos pequeños y grandes que tienen su base de operaciones en el estado o son integrados por personas de Sinaloa y operan en otras partes del país o del mundo”, expresaron.
En este sentido, acusaron a otras bandas criminales de negociar bajo su nombre con proveedores y clientes a fin de mejorar sus negocios e ingresos, pues la marca “Los Chapitos” o “El Chapo” se ha vuelto muy poderosa.
“Los beneficios son incalculables para las personas y empresas que hoy en día usan nuestro nombre y apellido. Sin embargo, los perjudicados somos nosotros”, dijeron.
Aseguraron que no habían tenido la necesidad de pronunciarse públicamente, pero el anuncio de la DEA del 14 de abril, en el que aumentaron las recompensas por sus líderes y la persecución en su contra los hizo cambiar de decisión.
Así, pidió que investiguen a los verdaderos responsables del tráfico de fentanilo, para lo que “basta con que envíen un solo agente al Estado, para que sepan lo que realmente pasa en Sinaloa”.
Se deslindaron de una supuesta guerra con Los Zetas, las declaraciones de Iván para inundar las calles de EU de la droga y sus intenciones por apoderarse de Chihuahua, Coahuila y Michoacán.
“No elegimos estar donde estamos, nadie puede elegir su cuna. Quisimos elegir una vida distinta con buenos estudios, lo cual nos fue negado en su momento a causa de la cacería hacia nuestro padre”.