Elon Musk ha confirmado que la nueva directora de Twitter —o X Corp. como se llama ahora— será la ejecutiva Linda Yaccarino, de NBCUniversal, que tiene profundos vínculos con el sector de la publicidad.
“¡Me emociona dar la bienvenida a Linda Yaccarino como la nueva directora general de Twitter!”, tuiteó Musk el viernes. Yaccarino “se centrará principalmente en las operaciones y yo en el diseño de productos y nueva tecnología!”, agregó.
Yaccarino ha trabajado en NBCUniversal durante casi 12 años. Su equipo generó más de 100.000 millones de dólares en ventas desde 2011, según su biografía difundida por esa compañía. De acuerdo con LinkedIn, Yaccarino fue antes presidenta de publicidad y asociaciones con clientes en NBC y presidenta de ventas de entretenimiento por cable y ventas de publicidad digital. Antes de llegar a NBC, Yaccarino trabajó casi dos décadas con la compañía de entretenimiento global Turner.
El mes pasado, Yaccarino entrevistó a Musk ante cientos de anunciantes en un escenario en Miami.
Atraer anunciantes es crítico para Musk y Twitter, después de la desbandada en los primeros meses posteriores a que el magnate adquiriera la red social, por temor a que sus marcas se vieran perjudicadas ante el caos resultante. Musk aseguró a finales de abril que los anunciantes habían regresado, pero no entró en detalles.
Yaccarino podría contribuir a restaurar la confianza de los anunciantes en Twitter, opinó el fundador y jefe creativo de DiGo, Mark DiMassimo. Subrayó que Yaccarino se integró sin complicaciones y digitalizó las ventas de publicidad en Comcast y NBC, y que su historial de ventas cruzadas de anuncios en distintas plataformas podría ser atractiva para Musk en el intento de él para transformar a Twitter de una compañía de redes sociales a una plataforma de medios más relevante.
“Si hay alguien que puede traducir la visión de Musk en ventajas para los profesionales de la comercialización es ella quien lo logrará”, comentó DiMassimo. “Aun cuando hay escepticismo y todos los profesionales de la comercialización viven en la postura del ‘muéstremelo’ en cuanto a Twitter, si ella va a de hecho a Twitter es un paso poderosamente tranquilizador”.
Musk ha insistido desde hace mucho tiempo que no es el director general permanente de la compañía. El multimillonario de Tesla dijo el jueves en un tuit que su papel cambiará a presidente ejecutivo y director de tecnología de Twitter.
A mediados de noviembre, pocas semanas después de que adquiriera la plataforma en 44.000 millones de dólares, Musk manifestó ante una corte en Delaware que no quiere ser el director general de ninguna compañía.
Más de un mes después, tuiteó en diciembre: “Renunciaré como CEO tan pronto como encuentre a alguien lo suficientemente tonto como para aceptar el trabajo”. Hizo esa promesa después de que millones de usuarios de Twitter le pidieran su renuncia en una encuesta en Twitter que el propio multimillonario creó y prometió cumplir.
En febrero, dijo en una conferencia que preveía encontrar alguien que dirigiera Twitter, con sede en San Francisco, “probablemente hacia finales de este año”.
Los analistas que siguen a Twitter reaccionaron alentados por la noticia, incluso sin saber quién será el reemplazo. El negocio de publicidad de Twitter se ha visto afectado por el mandato voluble de Musk, aunque el multimillonario le dijo a la BBC el mes pasado que la compañía ahora está “más o menos” en el punto de equilibrio.
“Un nuevo CEO es el único camino a seguir para Twitter”, aseguró Jasmine Enberg, analista de Insider Intelligence. “El mayor problema con el negocio publicitario de Twitter fue Elon Musk. A medida que retroceda, Twitter puede comenzar a desentrañar la marca personal de Musk de la imagen corporativa de la empresa e intentar recuperar la confianza entre los anunciantes”, dijo Enberg. “El éxito de esos esfuerzos dependerá de quién asuma el cargo, pero es difícil imaginar que el nuevo CEO pueda ser más controvertido o perjudicial para el negocio publicitario de Twitter de lo que lo ha sido Musk”, agregó.
Mike Proulx, director de investigaciones en Forrester Research, agregó que la publicidad no es el único desafío que enfrentará la nueva directora general de Twitter. Después de todo, dijo, Musk ha “alterado básicamente” a esa plataforma tanto como producto como comunidad indiscutiblemente “para peor”.
“Aunque se quite el título de director general, Musk está lejos de distanciarse de la toma decisiones sobre el producto”, añadió Proulx.
Las acciones de Tesla subieron alrededor de un 2% el jueves después de que Musk hiciera el anuncio. Los accionistas de la empresa de vehículos eléctricos se han mostrado preocupados por la atención que Musk dedica a Twitter.
En noviembre pasado, fue cuestionado en la corte sobre cómo divide su tiempo entre Tesla y sus otras compañías, incluidas SpaceX y Twitter. Musk tuvo que testificar en un juicio en Delaware sobre la impugnación de un accionista a su plan de compensación potencial de 55.000 millones de dólares como director ejecutivo de la compañía de automóviles eléctricos.
Musk dijo que nunca tuvo la intención de ser director ejecutivo de Tesla y que tampoco quería ser director ejecutivo de ninguna otra compañía, y que prefería verse a sí mismo como un ingeniero. Agregó en ese momento que esperaba que se completara una reestructuración organizacional de Twitter en la siguiente semana más o menos. Han pasado casi seis meses desde que dijo eso.
El tiempo de Musk al frente de Twitter ha sido caótico, y ha hecho varias promesas y proclamaciones de las que se ha retractado o que nunca ha cumplido. Comenzó su primer día despidiendo a los principales ejecutivos de la empresa, seguidos por aproximadamente el 80% de su personal. Ha trastocado el sistema de verificación de la plataforma y ha reducido la moderación de contenidos y las salvaguardas contra la difusión de desinformación.
A finales del año pasado, Musk expresó pesimismo sobre las probabilidades de hallar un nuevo CEO, afirmando que a esa persona “le tiene que gustar mucho el dolor” para dirigir una empresa que “ha estado en la vía rápida hacia la bancarrota”.
“Nadie quiere el puesto que pueda mantener vivo a Twitter. No hay sucesor”, tuiteó Musk en aquel momento.
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Los periodistas de The Associated Press Wyatte Grantham-Philips y Mae Anderson contribuyeron para este despacho.