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La maestra de los narcos: así fue dar clases a ‘El Güero’ Palma y Caro Quintero

En el penal de Puente Grande, Jalisco, impartió talleres a narcotraficantes como Héctor "El Güero" Palma y Rafael Caro Quintero

Este 15 de mayo se celebra el Día del Maestro, pero la historia de esta profesora no es la común de cualquiera en su paso frente a las aulas, debido a que impartió clases a peligrosos líderes del narcotráfico, quienes estaban presos en el penal de Puente Grande, en Jalisco.

En sus 18 años de maestra, por su taller pasaron capos como Héctor ‘El Güero’ Palma, Rafael Caro Quintero y hasta Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, así como otros reos de alta peligrosidad, como narró la ‘Maestra Coco’ al diario Reforma.

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Sobre el ahora prófugo, Caro Quintero, la maestra refrendó su fama de conquistador que se popularizó con la serie ‘Narcos’, de Netflix, de quien narró le decía que la ‘iba a invitar a salir’, aunque nunca le dio fecha pues el llamado “rey de la marihuana en México” no sabía cuándo recuperaría su libertad.

“Pero muy atento el señor”, pues siempre supo que “tenía que cumplir con las normas”, puntualizó la profesora Socorro Meugniot García de la Cadena.

Sobre el cofundador del Cártel de Sinaloa, “El Güero” Palma, son más las anécdotas que recuerda de quien describió como “el más talentoso” de los tres narcos mexicanos, aunque no aclaró si lo consideraba uno de sus mejores alumnos.


“Les daba también clases de pintura y ellos hacían cosas muy bonitas. La manera de expresarse de ellos me agradaba. Para mí el que mejor (talento) tenía era ‘El Güero’ Palma”, puntualizó.

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La ‘Maestra Coco’ impartía talleres de platería, pintura, manualidades con madera para bolos infantiles, así como insumos para tae kwon do, arneses y pulpa de tamarindo, pero no detalló en cuál de todos participó ‘El Chapo’, quien ahora cumple una condena de cadena perpetua en Estados Unidos.

La sensibilidad de Héctor Luis Palma fue evidente para la maestra de Puente Grande, de quien dijo se comportó “educado y obediente”, como cuando le pedía tomar un trapo para dejar limpio su lugar de trabajo en el taller.

“Con el que más traté fue con ‘El Güero’. Él embolsaba dulces, cucharitas. Les daban trabajo por darles, porque ellos no tenían ninguna necesidad”, indicó.


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Respecto a la pregunta obligada, de si le daba miedo tratar con presos y líderes del narcotráfico, aseguró que estaba consciente de que se exponía, pero que era su trabajo y debía hacerlo.

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El consejo que da a todos los maestros

Los retos actuales para los maestros de educación básica son enormes, pero les pide conocer más a sus alumnos, de cierta manera intentar involucrarse en sus historias de vida y entender las razones detrás de su comportamiento.

“Yo he visto en muchas escuelas que hay niños con muchos problemas de carácter, que son agresivos, pero todo tiene un porqué. Les recomiendo a todos los maestros que traten de ayudar, no de juzgar”, reflexiona.

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Hace una década, ‘la Maestra Coco’ dejó la docencia por una enfermedad, pero al mirar atrás no extraña los filtros de seguridad que a diario pasaba en Puente Grande para llegar al aula de su taller, aunque sí añora el humanismo que le dejó ser maestra.

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