Cada día las vialidades se convierten en un mar de entropía en el que los 5.6 millones de autos y las cerca de 6 millones de motocicletas de la capital se enfrentan a un panorama caótico de movilizaciones sociales, deficiencias en el transporte público, accidentes y bloqueos que cuestan retrasos de hasta 74 horas al año a los habitantes de la Ciudad de México, según datos de INRIX Research.
De acuerdo con el reporte “Traffic Scorecard Report” de la consultora internacional, la CDMX está en el top 10 de las urbes más congestionadas de América Latina durante 2022, y solo es superada por ciudades como Medellín y Bogotá, en Colombia; y por Monterrey en nuestro país. Mientras que a nivel mundial la capital ocupa el puesto 22.
El reporte también revela que las horas de retraso de los capitalinos en el tráfico se incrementaron 10% en 2022 con respecto a 2021. Por otra parte, la velocidad promedio con la que se circuló fue de 19.3 kilómetros por hora, 14% menor que el año previo.
A diario los capitalinos ven afectada su calidad de vida, pierden tiempo y recursos en los congestionamientos de tránsito. Según datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) el tráfico en la CDMX y la Zona Metropolitana del Valle de México provoca pérdidas superiores a los 47 millones de pesos, más de 5 mil pesos por habitante.
“Definitivamente afecta a la calidad de vida. Además, conlleva también una serie de factores negativos, como puede ser el estrés, la frustración, el sedentarismo al estar tanto tiempo en un vehículo, y pues hasta así algunas cosas psicológicas, lo hemos visto en algunos casos este de comportamientos agresivos y demás”, explicó a Publimetro Bernardo Baranda, director para Latinoamérica del Instituto para la Política de Transporte y Desarrollo (ITDP).
Sin embargo, los congestionamientos y retrasos por los congestionamientos viales no afectan solo a los automovilistas, sino que también es problemática diaria de motociclistas, peatones, ciclistas y usuarios de transporte público, estos últimos según estimaciones del IMCO, pierden hasta 118 horas anuales por el tráfico y las constantes fallas y accidentes en servicios como el Metro y Metrobús.
Alternativas al caos
Un transporte público eficiente es la apuesta que los gobiernos deben hacer, puntualiza Baranda; no obstante aclara que en urbes como la CDMX no ha logrado crecer en cantidad y calidad como lo requiere la ciudadanía.
Pese a que esta administración ha incorporado nuevos servicios de transporte como las dos líneas del Cablebús y el Trolebús Elevado, estos no han aligerado del todo la vida de los usuarios.
En el caso de estas modalidades de transporte público en Iztapalapa, se lograron reducir los tiempos de traslado. Sin embargo, ahora enfrenta la sobresaturación de usuarios. Usuarios reportan que la gran cantidad de personas que utilizan estos servicios provocan retrasos de hasta media hora en el transbordo de la Línea 2 del Cablebús; y una espera de hasta veinte minutos para abordar una unidad del Trolebús en las horas de mayor afluencia.
“En la medida en que el transporte público sea más rápido y, desde luego sea seguro, va a atraer a más usuarios y vamos a tener mejores sistemas de movilidad. Es la única manera de mover a miles de personas en las ciudades grandes. Lo que sí está comprobado que no soluciona estos problemas, es crear más infraestructura para los autos: segundos pisos y puentes vehiculares. Al final se acaban saturando”.
— Bernardo Baranda.
Baranda añadió que desde el ITDP se han planteado otras alternativas para afrontar el caos vial como los cargos por congestión, que consisten en cobrar una tarifa a los automovilistas por transitar en ciertas zonas de la ciudad que presentan caos vial. “Así que empieza a desalentar el uso del auto y que esos recursos se usen para expandir las líneas de transporte público”, aseveró.
Las cifras
- 74 horas al año son las que los automovilistas se retrasan por el caos vial en la CDMX; 10% más que en 2021.
- 118 horas de retraso sufren los usuarios de transporte público.
- La velocidad promedio a la que se circuló en 2022 fue de 19.3 kilómetros.
