Un niño y un adolescente, murieron y una niña resultó gravemente herida, por el accionar los grupos armados de corte paramilitar y los enfrentamientos entre miembros de organizaciones criminales rivales, entre el 22 de mayo al 2 de junio, en los municipios de Chenalhó y Frontera Comalapa.
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El miércoles retornó a El Lajerío, el último grupo de 50 desplazados por los enfrentamientos. Estaban resguardados en casas de familiares y conocidos de Tuxtla.
La Red por los Derechos de las Infancias y Adolescencias en Chiapas (REDIAS) manifestó su “más profunda preocupación” por el escalamiento de la violencia armada en esta entidad y sus impactos en los niños, principalmente en Chenalhó y Frontera Comalapa.
En Frontera Comalapa, explica como consecuencia de los enfrentamientos de grupos criminales rivales, se lanzaron bombas, se realizaron disparos de arma de fuego “contra la población”, además hubo reclutamiento forzado de hombres jóvenes y “la destrucción de viviendas en las comunidades El Lajerío y Candelaria”.
Unas tres mil 500 personas de El Lajerío dejaron sus hogares, para buscar refugio en otras comunidades y municipios. “Para inicios de junio se ha iniciado un gradual retorno de la población a sus comunidades y se empieza a conocer la magnitud de los efectos de la jornada de violencia”.
Bala perdida mata a adolescente
Y un adolescente de 15 años de edad, falleció por una bala perdida en El Lajerío, dice la organización que trabaja con infantes, en el escrito titulado Llamado urgente para atender a niños, niñas y adolescentes en desplazamiento forzado por la violencia en Chiapas”.
En Chenahó el 2 de junio, “un ataque perpetrado por un grupo armado en Polhó”, tuvo como resultado siete personas muertas y tres heridas, entre ellas un niño de tres años que fue asesinado y una niña de 11 años, con heridas de arma de fuego en el tórax”.
La organización sostiene que ante estas “situaciones de violencia extrema”, los infantes y adolescentes “están expuestos a perder la vida y sufrir daños irreparables a su salud, integridad, vivienda y patrimonio”.
“El temor y desplazamiento impide su regreso a las escuelas, y la falta de actuación de las instituciones para prevenir y atender estas situaciones les coloca en riesgo de ser utilizados por grupos criminales”, agrega.
Da a conocer que en los últimos años “se han incrementado los homicidios” hacia los infantes y adolescentes por armas de fuego en Chiapas. Así pasaron de dos en el 2021, a cuatro en el 2023.
Cita que de acuerdo al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, existen más de seis mil infantes y adolescentes desplazados por la violencia del 2010 a la fecha y con estos hechos la cifra se eleva a más de siete mil.
La REDIAS hace “un llamado urgente a las autoridades de los tres niveles de gobierno, así como a las instancias internacionales de derechos humanos para detener la violencia armada en la entidad” y generar una estrategia de atención integral a los infantes y adolescentes en condición de desplazamiento forzado en diferentes municipios de Chiapas.
Y este martes, en El Lajerío regresó un grupo de 50 personas, entre hombres, mujeres y niños que habían abandonado sus hogares, entre el 25 y 22 de mayo, cuando se recrudecieron los enfrentamientos entre dos organizaciones criminales.
Las 50 personas se encontraban viviendo con conocidos y familiares, en Tuxtla, dio a conocer Protección Civil. El proceso fue el traslado de las personas en un autobús y desde la cabecera municipal, fueron trasladados con la presencia del Ejército y Policía hacia El Lajerío.