Las altas temperaturas en las diferentes entidades del país han sorprendido a los mexicanos, pues el termómetro ha rebasado los 45 grados, debido a la presencia de la tercera onda de calor, la cual, a su vez, es consecuencia de la formación de un domo de calor en la atmósfera, es decir, un fenómeno meteorológico que produce la acumulación de aire caliente.
Te puede interesar: ¿Cuándo terminará la ola de calor en México?
Se trata de un hecho poco común en el país, por lo que ha llamado la atención de los especialistas, aunque sus consecuencias directas no van más allá de provocar calor sobre los estados en los cuales se ubique.
Un domo de calor se produce cuando un sistema anticiclónico, es decir, aire pesado que desciende en una zona de alta presión atomosférica, se estanca en un área determinada, lo que conlleva a que se atrape el aire caliente por debajo.
Las zonas de alta presión se caracterizan por su estabilidad y escasa circulación de viento, por lo cual no hay avance de los frentes meteorológicos y bordean la región en la que se concentra el domo de calor sobre la República Mexicana.
El aumento de las temperaturas se ha agravado en las últimas semanas debido a que el domo de calor puede extender su longitud y, de esta manera, atrapar una mayor cantidad de aire caliente en la parte baja, lo cual desciende hasta la superficie.
De acuerdo con The Royal Meteorological Society, la duración puede ser de días, semanas e incluso meses en los que las temperaturas se mantengan en un nivel alto.
“A medida que el aire se hunde, se calienta por compresión y el calor se acumula. El suelo también se calienta, perdiendo humedad y facilitando que se caliente aún más”, especifica la entidad inglesa.
Las consecuencias pueden ser graves para los seres vivos, como golpes de calor y un alto grado de radiación, pero las sequías, así como los incendios forestales son otro de los problemas que ocasiona este fenómeno climático.
¿Cómo desaparece un domo de calor?
Un domo de calor se dispersa cuando se produce un cambio en el sistema de presión, es decir, a un sistema de baja presión atmosférica que permita la circulación del viento y la humedad.
