¿Comer o beber?, ese es el dilema en esta ola de calor que afecta a México, tanto por el incremento de hasta 80% en la demanda de bebidas como la cerveza o de hasta 56.6% en agua embotellada, como por el aumento de 10.5% en el precio de las bebidas, que se traduce en que el agua embotellada y los refrescos han subido de dos a tres pesos y la cerveza de tres a cinco pesos.
Puedes ver: Onda de calor se extenderá durante 15 días más en México
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec) presentó su análisis por la venta de bebidas ante ola de calor denominado “La danza de los sedientos”, en el que advierte que la tercera ola de calor traerá consigo temperaturas de hasta 50° en parte del territorio, las cuales “bofetearán” el pavimento, convirtiéndolo en un verdadero comal ardiente en las distintas metrópolis del país.
Esto provocará un mayor consumo de bebidas; sin embargo, la Anpec identifica que la gente no cuenta con suficientes recursos, “no trae suficiente ‘varo’ en los bolsillos”.
Según sus cifras, en lo que va del año, las bebidas han sufrido de un incremento del 10.5% sus precios, donde el agua embotellada y los refrescos han subido de dos a tres pesos y la cerveza de tres a cinco pesos.
Revisa esto: ¿Por qué hace tanto calor en la Ciudad de México?
En particular en esta ola de calor que azota al país, los niveles de inventario no van a la velocidad de la demanda, pues las ventas se han incrementado en el último mes en un 56.6% en lo que refiere al agua embotellada, mineral y de sabor; en un 32.9% los refrescos de cola; en un 9.8% los refrescos de sabor y el consumo de cerveza se disparó hasta en un 80%.
“Resulta dramático que 12 millones de personas no tengan agua potable domiciliada y 10 millones más no tengan energía eléctrica en su hogar (…) El conjunto de todos estos elementos explica, en gran medida, el incremento del consumo de agua embotellada, jugos, néctares, refrescos, cervezas, tés y cafés (fríos) que la población, obligada por el calor, está consumiendo a gran escala”, explicó Cuauhtémoc Rivera, presidente de Anpec.
Advierte que la sequía ha llevado a un estrés hídrico al territorio nacional, poniendo en jaque el abasto para el consumo humano y la producción agrícola.
El líder comerciante lamenta la situación por la que atraviesa gran parte de los trabajadores que vive en situaciones precarias, lo que implica en algunos casos: “despertar y encontrar poca presión de agua para terminar dándose un baño ‘vaquero’, de medio cuerpo. Dirigirse al trabajo con el estómago vacío, tal vez con un café y una bolsa de estraza mantecosa con cinco tacos de huevo, frijol o papa envueltos en una bolsa de plástico”.
