El seguro de auto es un producto financiero necesario, básico y hasta indispensable para cualquier automóvil, sin importar si es nuevo, si eres un conductor experimentado o si nunca has tenido un accidente.
Sin embargo, alrededor de tales pólizas hay una serie de mitos, realidades y verdades a medidas que dificultan su contratación u ofrecen información que no ayuda a revertir su baja penetración, que apenas llega 30% de los automotores que circulan en México.
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Hay algunas informaciones que indican que hay seguros de auto que no cobran deducible u otro pago en caso de siniestro; lo cual es correcto, pero bajo condiciones muy precisas y de cuidado que debes considerar, explicó el comprador de seguros en línea Rastreator.mx.
Hay otras afirmaciones que sostienen que el costo de una póliza es caro y es el mismo para todos los autos y, en casos extremos, algunas personas afirman que el seguro es solo para autos nuevos.
Mitos sobre el seguro de auto
Para despejar todas las confusiones y entender el funcionamiento básico del seguro de auto, Rastreator.mx reportó los cinco mitos más recurrentes que hay sobre este tema y la dosis de realidad o falsedad que los rodea:
Mito 1. El asegurado no paga nada en caso de accidente
Realidad. Si el asegurado cuenta con coberturas de Daños Materiales y Robo Total, su seguro de auto incluirá un deducible, que es el porcentaje que debe pagar en caso de siniestro antes de que la aseguradora cubra el resto.
Este deducible puede oscilar entre 5% y 20% del valor comercial del vehículo al momento del siniestro, dependiendo del tipo de auto y del incidente registrado.
Pero, si solo cuenta con un seguro básico y se presenta un choque, la cobertura de Responsabilidad Civil cubre los daños a terceros sin que el asegurado pague un deducible u otra cuota; pero –en este caso– la póliza no responde por los daños o la reparación de la unidad. Por eso es muy importante saber cómo operan ambos productos.
Mito 2. El conductor que más presiona tiene la razón al deslindar las responsabilidades de un choque
Realidad. Esto es completamente falso. Existen procedimientos bien definidos para determinar la responsabilidad y cómo se deben repartir los costos. En estos casos, los ajustadores de las aseguradoras son los responsables de determinar quién fue el causante.
Para esto último se utiliza la Guía de Deslinde, un documento oficial empleado por todas las empresas de la industria y que está regulado por organismos como la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas.
Mito 3. El costo del seguro es caro y es el mismo para todos los autos
Realidad. El precio de una póliza está determinado por “numerosos factores”, como el modelo y año del del vehículo, los hábitos de manejo y el Código Postal del propietario, que ayuda de medir el grado de inseguridad o actividad delictiva que debe ser cubierto por la aseguradora.
Mito 4: Contratar un seguro es difícil y solo para vehículos nuevos
Realidad. Gracias a la evolución de la tecnología y del servicio al cliente, nunca ha sido más fácil contratar un seguro, y los vehículos de cualquier antigüedad pueden beneficiarse de la protección de este producto financiero.
Hay opciones de contratación en línea, servicio telefónico y de forma presencial con asesores o agentes de seguros; en la mayoría de los casos necesitas los datos de la factura de tu coche, modelo, año, domicilio, número telefónico y una forma de pago adecuada: transferencia, financiamiento y depósito en un banco.
Mito 5. Una póliza de seguro cubre todo
Realidad. La póliza solo cubre los daños, monto, tipo de siniestros y servicios determinados en el contrato. Debes entender qué cubre y qué no cubre el seguro. Existen varios tipos de coberturas: básica, limitada y amplia, con diferentes nombres y característica definidas por cada aseguradora.
Lo más importante es que la cobertura, las características, el monto y los servicios de la póliza se ajusten a tus necesidades como conductor. Recuerda, también las exclusiones –lo que no cubre la póliza– también cuentan a la hora de contratar.