Cruise y McQuarrie aumentan la adrenalina en “Mission: Impossible — Dead Reckoning”

NUEVA YORK (AP) — ¿A cuántos lugares puede llegar una película de acción después de dejar a Tom Cruise aferrado al costado de un Airbus A400M y arrojarlo desde un avión de carga a 25.000 pies (7.620 metros) de altura?

En el mundo cinematográfico y vertiginoso de “Mission: Impossible” (“Misión: Imposible”), la presión por seguir subiendo la apuesta, al igual que su astro siempre activo, nunca se detiene.

“Cada vez que terminamos una película, lo primero que me dice Tom es: podemos hacerlo mejor”, dice Christopher McQuarrie.

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McQuarrie, el guionista y director de “Mission: Impossible - Rogue Nation” (“Misión imposible: Nación secreta”) de 2015 y el punto culminante de la franquicia de 2018, “Mission: Impossible - Fallout” (“Misión: Imposible – Repercusión”), trabajaba con Cruise en “Top Gun: Maverick” (que McQuarrie escribió) cuando comenzaron a hablar sobre sus ambiciones para la próxima versión de “Mission: Impossible”.

Su plan era hacer no una, sino dos secuelas: éxitos de taquilla consecutivos que presentarían acrobacias aún más grandes. Cruise imaginó un salto en motocicleta y paracaídas, y una secuencia de tren masiva que McQuarrie suspiraba por realizar. La embriagadora experiencia en “Maverick”, una gigante de la cultura pop que recaudó casi 1.500 millones de dólares en todo el mundo, sólo sirvió para aumentar aún más sus aspiraciones.

“‘Top Gun: Maverick’ realmente nos enseñó mucho en términos de la dinámica de los personajes y la recompensa emocional de la película en general”, dijo McQuarrie en una entrevista reciente. “Para hacer películas a esta escala, realmente necesitas pensar, más que nada, en la sensación con la que se queda el público”.

Un año después del dominio de taquilla de “Maverick”, McQuarrie y Cruise están de vuelta con otro espectáculo audaz de alto vuelo. Similar a “Maverick”, “Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One” (“Misión imposible: Sentencia mortal - Parte 1”) es un gran espectáculo de acción de última generación con técnicas de la vieja escuela, hecho el con poder de un actor estelar, efectos prácticos y acrobacias diseñadas para provocar exclamaciones de "¿él mismo lo hizo?”.


También fue su misión casi imposible de la vida real, y no sólo por, según Paramount Pictures, los 500 saltos en paracaídas y los 13.000 saltos de motocross que Cruise hizo en preparación para su acrobacia culminante. “Dead Reckoning” estaba a unos días de comenzar su producción en Venecia cuando los casos de COVID-19 comenzaron a dispararse en Italia, un epicentro temprano.

“Misión: Imposible” fue una de las primeras producciones importantes en ser frenada por la pandemia. Meses después, Cruise y “Dead Reckoning”, una película trotamundos de 290 millones de dólares, tan logísticamente complicada que generó controversia por los planes iniciales de volar un puente de un siglo de antigüedad en Polonia, encabezaban un esfuerzo de toda la industria para volver a poner en marcha la industria cinematográfica durante la pandemia. Una producción ya de por sí muy estresada se volvió aún más tensa. En diciembre de 2020, se filtró una grabación de audio de Cruise gritando a dos miembros del equipo de filmación por no obedecer los protocolos de COVID-19.

“Somos el estándar de oro”, decía Cruise en la grabación. “Están en Hollywood haciendo películas ahora mismo gracias a nosotros. Porque creen en nosotros y en lo que estamos haciendo”.

Hubo numerosos retrasos y cambios en el camino. Pero McQuarrie dice que nunca pensó que “Dead Reckoning” no se terminaría.

“Simplemente seguimos avanzando porque si te detuvieras, si estuvieras tratando de encontrar el final del túnel, simplemente llegarías a un lugar igual de desesperado”, dice McQuarrie.

McQuarrie y Cruise colaboraron por primera vez en el drama sobre el asesinato de Hitler de 2008, “Valkyrie” (“Valkiria”). McQuarrie, el famoso guionista de “The Usual Suspects”, estaba entonces en la cárcel cinematográfica por el mal recibimiento de su debut como director, “The Way of the Gun” (“Secuestro infernal”).


“Cuando conocí a Tom en 2006, no había dirigido una película en siete años”, dice McQuarrie. “Y no volvería a dirigir una película hasta dentro de cinco años. Realmente había sacado de mi mente todas las ambiciones que tenía de dirigir. Ciertamente, nunca imaginé ser considerado un director de acción, y mucho menos dirigir cuatro películas de acción”.

“En ‘Dead Reckoning’, estás viendo los fantasmas de todas las películas que nunca me permitieron hacer”, agrega.

Por improbable que sea, McQuarrie (quien también dirige la segunda parte de “Dead Reckoning”, que ya se está filmando), se ha convertido en el arquitecto de una de las franquicias de acción más viscerales.

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En “Dead Reckoning”, Ethan Hunt se enfrenta a una inteligencia artificial deshonesta, un antagonista profético y adecuado para un universo cinematográfico basado menos en la animación por computadora que en efectos prácticos. McQuarrie le dijo a Cruise que quería llevar “Misión: Imposible” más allá de la amenaza de que un terrorista se apodere de un arma mortal.

“Otra lección que aprendimos de ‘Top Gun’ fue: ¿Qué aporta el público a la película? ‘Top Gun’ surgió de las ansiedades de la Guerra Fría. Le dije a Tom en 2019: ¿Qué ansiedad hay ahora?”, dice McQuarrie. “Lo que no anticipamos fue el nivel al que se aceleraría”.

En “Mission: Impossible”, lo que ves, rara vez es lo que obtienes. Hunt y su equipo de espías son maestros del engaño. Al mismo tiempo, McQuarrie y su equipo, incluido el director de fotografía Fraser Taggart, hacen todo lo posible para garantizar que lo que ve el público se sienta auténtico e inmersivo.

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“El desafío normalmente es ocultar el hecho de que no es el actor quien lo hace”, dice McQuarrie. “Y aquí ocurre lo contrario. De hecho, estás haciendo todo lo posible para demostrar que Tom realmente lo está haciendo”.

Taggart, que filmó la secuencia del helicóptero en “Fallout”, dice que nunca había trabajado con un actor tan reticente a los dobles como Cruise, incluso en las tomas más inocuas.

“Tom no lo hará. Él simplemente se niega, incluso cuando haces una inserción de la mano”, dice Taggart. “No puede ser nadie más quien lo haga, como lo harías en otros proyectos. Tom insistirá en que sea él”.

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Así como “Top Gun: Maverick” se esforzó por tener tantas cámaras en las cabinas de los aviones de combate, las escenas de “Mission: Impossible” están coreografiadas para que las cámaras se acerquen lo más posible a Cruise y al elenco, que incluye a Haley Atwell, Rebecca Ferguson y Vanessa Kirby.

Para Taggart, eso significó entender desafíos a menudo vertiginosos, como filmar una escena en la que un tren se mueve a 60 millas (96 kilómetros) por hora a través de un paisaje montañoso escandinavo con condiciones climáticas incontrolables. No quería sólo cámaras fijas.

“Así que ahora tenemos que involucrar a todo un equipo de cámara y algo de iluminación y probablemente terminaremos con 10 personas atadas a la parte superior de un vagón de tren, incluida una cámara física antigua allí arriba”, dice Taggart. “Piensas: ¿Podemos realmente hacer que 10 personas se suban al tren a 60 millas por hora? Ese es el desafío porque realmente te gustaría que todo tu equipo y actores sobrevivieran al rodaje”.

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En otra secuencia, con personajes dentro de la cabina de un tren que cae, suspendieron a un operador de cámara, Chunky Richmond, con cables de acrobacias para que colgara junto a los actores. Para una persecución nocturna a través de los pasadizos bizantinos de Venecia (para Taggart una de las tareas más complejas de debido a lo oscura que es la ciudad), tocaron puertas en todas partes a lo largo de la ruta para colocar cámaras en las terrazas y ventanas designadas.

Para una elaborada persecución de automóviles en Roma, Taggart usó brazos robóticos en vehículos que estaban montados, pero que también podían moverse.

“Siempre probamos tecnología, pero generalmente rompemos todo”, dice.

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McQuarrie ha dicho que le gusta escribir las películas de “Mission: Impossible” mientras se filman; “Fallout” comenzó sólo con un esquema. La producción de la segunda parte se detuvo durante la promoción de la primera parte y no está claro si la huelga de guionistas en curso amenazaría la producción de la secuela. Pero para McQuarrie y compañía, la única manera de hacer una película de “Mission: Impossible” está a toda velocidad.

“Todo lo que estamos haciendo lo vamos descubriendo”, dice McQuarrie. “Queremos que vengas a la película y la experimentes de la misma manera que los personajes, es decir: no sé qué va a pasar después”.

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Jake Coyle en Twitter como https://twitter.com/jakecoyleAP

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