Emma Reyes fue una artista colombiana que destacó en el arte visual y escrito; específicamente, en la pintura y la narrativa literaria. Un día como hoy nació en 1919, motivo por el cual Google ilustro un Doodle con su imagen. Sin embargo, su vida empezó con precariedades en las que el arte no era una recreación sino parte de la monotonía de un oficio.
Aprendió a leer hasta los 19 años, lo que no impidió fuera una narradora elogiada por Gabriel García Márquez. Sin embargo, tuvo complicada marcada por la pobreza. Primero fue abandonada por sus padres junto con su hermana Helena; años después, nuevamente estaría desamparada, a causa de esto, tuvo que vivir en una institución religiosa, en donde hacía bordados religiosos en seda y lino para la Iglesia y el Vaticano.
Sin embargo, jamás salía de este lugar, por lo que, años después, escapó descalza. Tras su fuga, se dedicó a trabajar en varios oficios. En 1947, trabajó con el artista gráfico argentino Antonio Berni, allí descubrió su vocación hacia la pintura y fue en este año en el que ganó una beca para estudiar pintura en París, así lo destaca el portal Diccionario Biográfico de las Izquierdas Latinoamericanas.
En la década de 1950 trabajó para la UNESCO ilustrando libros de alfabetización. Se dedicó a viajar y a exponer sus obras de arte junto con artistas mexicanos como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y Rufino Tamayo. También compartió momentos con personajes como el escritor francés Jean- Paul Sartre, el pintor italiano Enrico Prampolini, y la fotógrafa mexicana Lola Álvarez Bravo de quien fue asistente.
De su puño y letra
En 1947 conoció al historiador y político colombiano Germán Arciniegas, con quien comenzó a intercambiar correspondencia, la cual llegó a manos de Gabriel García Márquez, quien elogió la narrativa de la colombiana. Sin embargo, lejos de sentirse elogiada se enojó porque quería que su privacidad quedara sólo entre el destinatario y ella.
Pese al descontento de Reyes, Arciniegas y Márquez reconocieron el valor literario de las cartas, así que la alentaron a continuar escribiendo. Además, el político bogotano obtuvo el permiso de su remitente para publicar las cartas tras su muerte. En estas misivas, Emma Reyes recorría su infancia, junto con las complejidades que vivió, las cuales, que bien podrían calificarse de tragedias, narra como parte de esas pinceladas que la formaron como artista.
Emma Reyes falleció en 2003, tres años después que su amigo, aún así, se cumplió la promesa de no publicar las cartas antes de su fallecimiento. En 2012, las 23 cartas fueron publicadas en el título “Memorias por correspondencia”. En la primera misiva narra cómo era la precaria casa en la que vivió durante una parte de su infancia, en compañía de su hermana Helena, de un niño al que llamaban “Piojo”, y de una señora que, cual película de terror coreana, la cubría una enorme mata de pelo negro y que daba gritos de miedo.
La vida y obra de Emma Reyes fue plasmada en la serie colombiana “Emma Reyes. La huella de la infancia”. Se compone por 13 capítulos y es una recreación de los primeros años de la artista. El director de la serie es Luis Restrepo, quien ha dirigido otras producciones colombianas, como Sin tetas no hay paraíso de 2006.
