Los ataques con químicos corrosivos son una de las violencias más extremas que viven las mujeres de nuestro país, y la Ciudad de México no es la excepción. El caso de Blanca, una maestra del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que habita en Gustavo A. Madero y ha sido atacada con un líquido corrosivo dos veces en los últimos cinco meses, es evidencia de un problema mayor.
Organizaciones como la Fundación Carmen Sánchez han detectado violencia química desde hace por lo menos 30 años. Sin embargo, la faceta más conocida en México por los casos mediáticos es la que se caracteriza por el uso de ácido.
Desde el año 2000 se tiene registro de al menos 42 casos conocidos de ataques con ácido en el país, siendo la CDMX una de las cuatro entidades que concentran más del 50% de los casos. Sin embargo, las cifras de mujeres víctimas de violencia química con todo tipo de sustancias corrosivas podría alcanzar miles.
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Ximena Canseco, vicepresidenta de la Fundación explicó a Publimetro que los ataques con ácido son una parte de la violencia química se ejerce contra las mujeres tanto en México como en otras partes del mundo.
La activista indicó que solo en el 2022, identificaron 105 agresiones con sustancias químicas contra mujeres en contextos de violencia en las bases de datos de la Secretaría de Salud federal.
“Hablar de más de 100 agresiones con sustancias químicas contra mujeres en contextos de violencia tan solo en un año pues nos habla de que el problema es muy grave”, aseveró.
— Ximena Canseco, vicepresidente de la Fundación Carmen Sánchez.
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El caso de Blanca
Blanca confesó a Publimetro que tiene miedo y vive angustiada, luego de que el pasado 10 de julio, a plena luz del día, sufrió la segunda agresión con una sustancia corrosiva en contra de su automóvil. La maestra vive con miedo luego de que a su auto le lanzaron un líquido corrosivo en dos ocasiones, y teme que la próxima agresión se dirija hacia ella o su hija.
Según el testimonio de la docente del IPN, las agresiones comenzaron en diciembre de 2022, cuando decidió adquirir un automóvil y un grupo de hombres comenzó a vandalizar con un balón, pese a que la administración les pidió parar.
Desde entonces, en las ventanas de su auto han aparecido insultos y amenazas de todo tipo, incluso de muerte. Dicha violencia escaló en mayo, en el momento en el que arribó con su hija de 23 años a su domicilio en la colonia Santa Rosa, y se percató de que arrojaron un líquido sobre su vehículo.
Tras llamar al seguro, le informaron que se trataba de la sustancia corrosiva y le sugirieron presentar una denuncia. Sin embargo, en Ministerios Públicos de la GAM le negaron la atención por “exceso de trabajo”; en Las Lunas (espacios de la Secretaría de las Mujeres capitalina destinados a la atención y prevención de la violencia de género) le dijeron que su caso no era violencia de género.
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La insistencia de Blanca logró que se abriera una carpeta por daños a la propiedad. En un inicio le dijeron que la sustancia que levantó la pintura de su automóvil parecía sosa cáustica. No obstante, en los peritajes solo se señala que es una sustancia corrosiva, sin especificar de qué se trata.
Ante la negativa y omisión del Ministerio Público para que se tratara como un asunto de género, la maestra siguió con sus actividades normales hasta que fue agredida nuevamente con una mayor cantidad de líquido corrosivo, por lo que contactó a la activista Maria Elena Ríos, quien denunció en redes sociales y le dio mayor visibilidad a su caso.
#Urgente 🚨⚠️
— • 𝐄𝐥𝐞𝐧𝐚 𝐑í𝐨𝐬 🎷 (@_ElenaRios) July 10, 2023
Hoy, nuevamente aventaron ácido al vehículo de Blanca. Se han interpuesto en diversas ocasiones denuncias ante el Mp y no sucede nada. @FiscaliaCDMX este es un llamado para ustedes y también para el alcalde @fchiguil. La integridad de Blanca está en peligro‼️#rt pic.twitter.com/NddZD29h7b
“La ocasión anterior fue a las 8 de la noche. Esta vez fue ya a plena luz del día, a las 10 de la mañana, ya no se detuvieron por esas circunstancias. Entonces de eso, a que nos lo hagan a nosotras, pues sí nos tiene muy angustiadas y pues tenemos miedo”.
— Blanca, víctima de violencia química.
La víctima de violencia química fue atendida solo hasta que Maria Elena Ríos denunció su caso en redes sociales, el personal de Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la CDMX, se puso en contacto con ella para brindarle atención, la actitud del Ministerio Público cambió y se comenzó a investigar con perspectiva de género. Ahora las diligencias están en proceso mientras Blanca y su hija atraviesan momentos de angustia.
Mientras en entidades como la CDMX apenas se discute en tipificar violencia ácida como intento de feminicidio, casos como el de la habitante de la GAM se siguen replicando ante la inoperancia de las autoridades que se mantienen omisas y revictimizan a quienes sufren los ataques.
“Se enfrentan con que las autoridades no les informan acerca de sus derechos, qué va a ocurrir. Les piden una y otra vez como repetir la misma historia dolorosa y difícil de procesar. Las autoridades están rebasadas y tampoco hay una sensibilización y capacitación sobre violencia de género y, en general, sobre violencia química”.
— Ximena Canseco.
Sobre el tema, el jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres, se limitó a declarar que la administración local está abierta a analizar acciones específicas para atender este tipo de incidentes.
“Desde el gobierno estamos abiertos para analizar medidas específicas, en el caso de las agresiones que se realicen hacia las mujeres con ácido u otro tipo de sustancias; hay que verlo en los planos operativo, legislativo, pero especialmente en la acción operativa cotidiana”.
— Martí Batres.