El aspartamo es un edulcorante no calórico habitual en bebidas “light”, dulces y otros productos alimentarios, es “posiblemente” cancerígeno para los seres humanos, así como lo indicó la Organización Mundial de la Salud, siempre y cuando no se modifique la dosis diaria considerada segura.
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”No estamos aconsejando a las empresas que retiren sus productos ni a los consumidores que dejen de consumirlos por completo”, aclaró Francesco Branca, director del departamento de Nutrición, Salud y Desarrollo de la OMS, en la presentación de dos evaluaciones sobre este edulcorante.
¿Qué es el aspartamo?
Este edulcorante sintético se deriva de la combinación de dos aminoácidos, la fenilalanina y el ácido aspártico, del que proviene su nombre, que forman parte de la composición de las proteínas. Fue descubierto por casualidad en 1965 por un químico de la compañía farmacéutica Searle que buscaba un tratamiento para la úlcera.
Este aditivo alimentario es un edulcorante artificial bajo en calorías. Su valor energético es similar al del azúcar (4 kcal/g) pero su poder edulcorante es 200 veces superior, lo que significa que se necesita una cantidad mucho menor para obtener un sabor comparable.
¿Cuáles son las consecuencias de consumir aspartamo?
Desde la aparición del aspartamo en el mercado, rara vez un producto provocó tanta controversia. En 2010, investigadores de Bolonia, (Italia) demostraron entre otras cosas, que el consumo de este azúcar sintético provocaba un aumento significativo de la incidencia de cánceres (en particular, de hígado y de pulmón) en roedores machos.
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Otro estudio, realizado por científicos daneses, demostró ese mismo año que el producto aumenta el riesgo de parto prematuro. Finalmente, en diciembre de 2013, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indicó, tras una revisión detallada, que el aspartamo y sus productos derivados eran seguros para el consumo humano si se respetaba la dosis diaria recomendada.