Un severo impacto medioambiental en el Golfo de México provoca un derrame de crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la zona donde se produjo un incendio de la plataforma de Pemex Nohoch-A el pasado 7 de julio, en la Sonda de Campeche.
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Fueron un grupo de organizaciones las que se encargaron de denunciar este hecho a través de un comunicado firmado por Alianza Mexicana contra el Fracking, CartoCrítica, Centro de Derechos Humanos de los pueblos del Sur de Veracruz “Bety Cariño” A.C., Centro de Investigación y Capacitación Rural, Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Comité Ecológico Integral, Conexiones Climáticas, entre otras.
Gracias a las imágenes satelitales del geógrafo Guillermo Tamburini, pudieron documentar el derrame de hidrocarburos, el cual habría empezado desde el 4 de julio; pese a ello, hasta la publicación del desplegado de las organizaciones, Pemex no había emitido ningún pronunciamiento.
El derrame de petróleo alcanza una superficie de al menos 400 kilómetros cuadrados, lo que equivale al doble del territorio de la ciudad de Guadalajara, pero no bastó para que se informara de manera pública a la población.
“A pesar de la considerable extensión del derrame, que al día 12 de julio se extendía aproximadamente 400 km2, -más del doble del área que ocupa la ciudad de Guadalajara-, las autoridades no han dado aviso alguno sobre las causas y consecuencias del mismo. La completa opacidad con la que se ha manejado este derrame resulta preocupante frente a la posibilidad de que sea una muestra de otros incidentes similares que pasan sin ser cuantificados y sin registro de atención”.
Al respecto, indicaron que en el mes de junio se registró otro derrame de crudo, aunque representó una menor superficie en el Golfo de México.
De acuerdo con las organizaciones, la frecuencia de “accidentes” de Pemex se ha incrementado hasta en un 152%, debido a la extracción y manejo de combustibles fósiles. Además, la gravedad de los siniestros de la paraestatal se ha elevado en un 126%.
“México no puede y no debe seguir apostando por un modelo basado en la explotación y el sacrificio de poblaciones y territorios. La crisis climática nos exige un cambio drástico de paradigma de energía, orientando los recursos a la generación de energía renovable de forma justa”, precisaron en el comunicado.