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Exploración del mar representa una tarea ‘titánica’ para el ser humano

Son las condiciones marítimas las que dificultan la exploración; aunque, el cuerpo del ser humano sea frágil para explorar el mar, su mente no, y es a través de la tecnología que se llega más lejos

Sumergible Titán
Sumergible Titán. Registró una implosión en la que murieron todos sus pasajeros, (Especial)

El 18 de junio la embarcación Titán se sumergió por última vez frente a las costas de Terranova, en Canadá. Tras la tragedia de la implosión del sumergible, en la que murieron cinco personas, una de las hipótesis en redes sociales fue que el ser humano ha explorado más el espacio que el mar. De acuerdo con el sitio web de The National Ocean Service, alrededor del 80% del océano está sin explorar, tampoco ha sido observado y mucho menos, mapeado; apenas se cuenta con registros cartográficos de, por lo menos, 10% global.

En tanto, pese a que el espacio es todavía más un terreno inhóspito, del cual apenas sabemos, hemos observado los paisajes de la Luna y Marte a través de imágenes obtenidas gracias a telescopios y robots enviados al espacio; y sobra decir que el ser humano ha pisado, aunque sea una vez, estos territorios. Entonces, sí el mar se encuentra en casa, ¿por qué resulta tan difícil navegar entre sus aguas?

Según información del sitio web de Oceana, la presión del aire que empuja hacia abajo sobre el nivel del mar, es de aproximadamente, de seis kilos por alrededor de seis centímetros cuadrados. Al sumergirse en la Fosa de las Marianas, la cual se localiza a más de diez metros de profundidad, la presión es mil veces mayor, el equivalente a 50 aviones presionando tu cuerpo.

Son estas condiciones marítimas las que dificultan la exploración; aunque, el cuerpo del ser humano sea frágil para explorar el mar, su mente no, y es a través de la tecnología que se llega más lejos. “Es más fácil lidiar con la falta de aire y la falta de presión, que con el exceso de presión que hay en el mar. No es necesario que un ser humano físicamente baje a esas profundidades, existen vehículos autónomos que pueden hacer esas tareas”, explicó Francisco Ponce, técnico académico del Instituto de Ciencias del Mar y Luminología de la UNAM.

Es a través de esta tecnología que se ha conseguido un mapa del océano; una de las herramientas desarrolladas, es el sonar. Años antes, para conocer la profundidad del mar, se hacían mediciones con unas líneas de cuerda y plomo; después, llegaría el sonar para mejorar las mediciones. Sin embargo, es con la Guerra Fría es que se perfecciona este conocimiento, “los submarinos rusos y estadounidenses trataban de esconderse lo mejor posible y realizaron mapas batimétricos, en donde podían navegar, llegar al fondo”, explicó el académico de la UNAM.

¿Son tan diferentes los viajes en el espacio y el mar?

Los avances que se logran en la exploración marítima también tienen su impacto en la tecnología utilizada para emprender viajes hacia el espacio. “El agua es la mejor analogía que hay para el espacio; mucho del entrenamiento de los astronautas se hace en agua”, explicó el doctor Fernando de la Peña Llaca, presidente y CEO de la empresa AEXA. Explicó que hay una luna en Saturno que está cubierta por hielo y tiene tres veces más agua que en la Tierra, por lo que la tecnología que se desarrolle para explorar el mar podría funcionar más tarde en el espacio.

De acuerdo con el doctor Fernando de la Peña Llaca, los retos que se enfrentan al explorar el mar son parecidos a lo que ocurre durante los viajes al espacio; un pequeño accidente o una fisura minúscula como la que desencadenó la tragedia del Titán, se traduce en problemas en un ambiente adverso para el ser humano. En el caso del espacio, la comunicación entre la Tierra y los astronautas puede tener 20 minutos de diferencia, los cuales pueden tener consecuencias trágicas en la vida de los propios tripulantes, por ejemplo, en caso de que uno de ellos tenga un infarto o algún otro problema de salud.

Por último, navegar en la profundidad del océano podría ser tan frecuente como explorar el espacio; la diferencia en que se realicen uno y otro es el financiamiento. “Hay muchas expediciones en el océano, el problema que se tiene es que es caro, hay que ver quien le invierte, el Gobierno de Estados Unidos le invierte mucho por medio de la NOA, pero no todos los gobiernos lo hacen, ese es el problema: el problema es de financiamiento. Se hacen, pero son experimentos caros y no son todos los gobiernos que tienen la voluntad de invertir en ese tipo de investigación”, explicó Fernando de la Peña.

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