La península de Corea celebra este jueves el 70 aniversario del armisticio que la partió en dos a través del paralelo 38, unos festejos que recuerdan una vez más imágenes propias de la Guerra Fría, con una delegación occidental encabezada por Estados Unidos asistiendo a la ceremonia del Sur, y otra con autoridades de Rusia y China acudiendo al gran desfile nuclear que se prevé en el Norte.
A mediados del siglo pasado estalló en Corea (1950-1953), el primer gran choque armado de la Guerra Fría. Unos tres millones de personas murieron aquellos años en un conflicto que técnicamente no ha acabado, como muestra el armisticio firmado por ambas partes y que en perspectiva parece haber beneficiado más al Sur que al Norte.
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Después de los fallidos esfuerzos iniciados en 2018 por la entonces Casa Blanca de Donald Trump por acercar posiciones entre el norte y el sur, este 70º aniversario llega en plena auge de las tensiones, sin muestras de diálogo, con Seúl afianzando sus alianzas militares con Estados Unidos, lo que da argumentos a Pyongyang para seguir sacando músculo y presumir periódicamente de su poderío nuclear.
Los festejos están marcados por las nuevas pruebas de misiles por parte de Corea del Norte, con cuatro en el último mes, incluyendo el lanzamiento de un misil balístico intercontinental, así como por el despliegue de submarinos estadounidenses con capacidad nuclear en las costas surcoreanas, lo que ha provocado un nuevo cruce de amenazas y advertencias entre unos y otros.
La efeméride de este año refuerza también el simbolismo de épocas pasadas, pues más allá del consabido apoyo internacional unánime que Seúl no ha dejado de recibir desde el final de la guerra, Pyongyang parece haber retomado la relación con sus socios tradicionales, Rusia y China, después de que cierta histeria provocada por la crisis de la pandemia hiciera cerrar aún más sus fronteras.
Una vez más, la sobriedad que se espera en el sur contrasta con los fastos del norte, donde se prevé un desfile militar en el que se alarde de su programa nuclear, pues según el prisma de Pyongyang lo que se celebra este jueves no es un armisticio, sino la gran victoria patriótica con la que lograron expulsar a Estados Unidos y al resto de potencias coloniales de la península.