QUITO (AP) — Unidades militares incursionaron nuevamente el viernes en uno de los pabellones de la cárcel más peligrosa del Ecuador —la Penitenciería del Litoral en Guayaquil— donde se registró la más reciente masacre carcelaria, en busca de armas y drogas, en otra jornada con cifras rojas en el país andino luego de informarse del asesinato de dos policías en un local de comida por parte de desconocidos.
Después de la violencia desatada en las cárceles y en las calles en los últimos días, un grupo de militares allanó uno de los pabellones de la prisión de Guayaquil, que fue uno de los escenarios de la matanza de al menos 31 presos recientemente. “El control se mantiene. La Fuerza del Estado es contundente contra el crimen organizado”, señaló el presidente Guillermo Lasso en su cuenta de la red social X, antes conocida como Twitter, al informar del nuevo operativo.
En contraste, el comandante general de la Policía, Fausto Salinas, admitió el viernes en declaraciones a una radio local que “no hay control total al interior de las cárceles… tienen el control al interior (en alusión a los grupos criminales); ése es el control que vamos a tomar y vamos a vencer”.
“Están armados”, añadió el jefe policial, aludiendo a que hay una “espiral de problemas crónicos de corrupción”.
El presidente Lasso acompañó el tuit de la incursión mañanera con fotografías de reclusos en ropa interior acostados unos junto a otros con el pecho hacia el piso y las manos sobre la nuca, mientras unidades militares con casco y armas largas los vigilan. Después, las Fuerzas Armadas difundieron un video en el que se muestran armas largas, pistolas, alimentadoras, municiones, granadas, mecha y droga que supuestamente se incautaron a los reos.
Lasso, un exbanquero de 67 años que asumió su mandato en mayo de 2021, sigue lidiando con una de las peores crisis de seguridad en el país, que ha sido la mayor fuente de críticas sobre su gestión y que en los últimos días se agravó con el asesinato de un alcalde de la tercera ciudad ecuatoriana más importante, con una nueva masacre carcelaria y con la retención de un centenar de custodios penitenciarios que fueron liberados después.
Aunque el líder derechista, que debió acortar su periodo de gobierno tras cerrar la legislatura este año en medio de un juicio político en su contra, pregona que el Estado está determinado en derrotar los crímenes y delitos que atribuye a bandas de narcotraficantes, la violencia en las cárceles y en las calles no para. El viernes, la policía dio cuentas del asesinato de un jefe policial y un agente de Samborondón, en la provincia de Guayas, cuando se encontraban en un local de comida.
Sujetos que se movilizaban en una motocicleta arribaron al lugar y efectuaron los disparos desde el exterior, según se puede ver en un video de cámaras de vigilancia difundido el viernes.
Desde el 2021, más de una decena de episodios violentos en las cárceles del país andino, atribuidos por las autoridades a disputas de poder entre las bandas por el control dentro de los centros y fuera de ellos, así como de las rutas de narcotráfico y microtráfico, han dejado más de 400 muertos.
El allanamiento del viernes tuvo lugar luego de que se difundieran varios videos en los que grupos de delincuencia organizada anuncian supuestos pactos de paz con el Estado, lo cual fue desmentido dos días después por el gobierno.
Sobre los supuestos acuerdos de paz que han anunciado los grupos del crimen organizado, el comandante Salinas subrayó que “no hay tregua”. Aunque el ministro de Interior, Juan Zapata, reconoció que había un agente de policía en uno de los vídeos, Salinas aclaró que le habían hecho participar “bajo presión” cuando ingresó al filtro de entrada carcelario donde le entregarían el armamento voluntariamente.
Mientras tanto, el viernes también se divulgó en redes sociales de medios locales una cuarta filmación de una facción de la banda conocida como Los Lobos recluida en una cárcel de la ciudad de Cuenca, donde un hombre que se presentó como Álvaro Montaño anuncia que “hoy bajamos las armas y buscamos la tranquilidad que nuestro país y la ciudadanía necesita”.
“La guerra que manteníamos era con otras organizaciones, no con el Estado ni con gente civil", afirmó el supuesto líder. The Associated Press solicitó un pronunciamiento al Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad (SNAI) sobre este último video, pero no recibió respuesta de inmediato.