NUH, India (AP) — Las autoridades indias impusieron un toque de queda, suspendieron el servicio de internet y desplegaron miles de paramilitares el martes en zonas del estado de Haryana después de que los enfrentamientos mortales entre comunidades religiosas se extendieran a Gurugram, una ciudad a las afueras de la capital, Nueva Delhi.
La violencia comenzó el lunes por la tarde con choques entre hindúes y musulmanes en el distrito Nuh de Haryana durante una procesión religiosa de un grupo nacionalista hindú, según la agencia de noticias Press Trust of India. Al menos cuatro personas, incluidos dos policías, murieron en los enfrentamientos.
Más de 20 policías resultaron heridos y docenas de autos ardieron, según un comunicado policial.
Las tensiones se expandieron después a Gurugram, a unos 30 kilómetros (19 millas) de Nueva Delhi, donde turbas de gente prendieron fuego a una mezquita y mataron a un clérigo musulmán el lunes por la noche. La policía dijo que había varios agresores detenidos.
El martes no había reportes de nuevos incidentes en ninguno de los dos lugares, pero las autoridades dijeron que habían ordenado el cierre de escuelas y universidades como medida de precaución.
El ministro jefe de Haryana, Manohar Lal Khattar, condenó la violencia en Nuh en la red social X, antes conocida como Twitter.
“Los culpables no se librarán bajo ningún precio. Se tomarán las medidas más estrictas contra ellos", afirmó.
El ministro de Interior del estado, Anil Vij, afirmó que la violencia había sido “diseñada” y dijo que la policía investigaría los sucesos.
La violencia religiosa en India no es nueva, y se producen enfrentamientos de forma regular desde la división británica del subcontinente indio en 1947. Sin embargo, los observadores señalan que la polarización religiosa se ha agravado bajo el mandato del primer ministro Narendra Modi, lo que ha aumentado el sentimiento contra las minorías y agravado las tensiones.