La banqueta es parte del espacio público destinado a la circulación o la permanencia de los peatones; no obstante, en la Ciudad de México muchas de estas se encuentran rotas o disparejas, obstruidas por automóviles, puestos ambulantes, entradas de cocheras y otros que impiden la movilidad.
En las avenidas principales como Insurgentes, Reforma, Revolución, entre otras, en sus tramos remodelados son amplias, pero en las calles secundarias son terrenos de obstáculos. La construcción deficiente de banquetas o de los accesos a cocheras, plantar árboles y dejarlos crecer sin supervisión, son realidades latentes.
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El nuevo reglamento de movilidad señala claramente que las personas con discapacidad tiene prioridad, después los peatones y al final los carros particulares, pero en la práctica no es así. Algunas banquetas son lisas cuando deberían ser rugosas para evitar resbalones, y su inclinación debe ser gradual.
La falta de mantenimiento, planeación urbana y mala calidad de materiales son causas de falta de accesibilidad para personas en sillas de ruedas, con debilidad visual, personas mayores o para quienes llevan a sus hijos en carriolas.
“Los vehículos tienen más derechos que las personas, tienen más acceso a cocheras, los estacionan arriba de las banquetas; nosotros no tenemos una zona libre donde caminar”
— Carmen Díaz, vecina de la colonia Narvarte Norte, alcaldía Benito Juárez.
Ordenamiento de vía pública
De acuerdo con los criterios para el ordenamiento del espacio público de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), el diseño de la banqueta se integra de una a tres franjas paralelas a la vialidad de la guarnición. La dimensión de las banquetas, así como cada una de las franjas que la compone, está relacionada con las medidas del pavimento con que se construye.
Así como la distancia y el lugar para colocar inmobiliario urbano como bancas, postes, botes de basura, entrada de vehículos con el objetivo de mejorar la visibilidad de peatones y facilitar la circulación peatonal.
En el Reglamento de Construcción en su artículo 20, indica:
“No se permitirá clocar estructuras, postes o instalaciones en banquetas, cuando con ellos se impida la entrada a un inmueble o se obstruya el servicio de una rampa para personas con discapacidad, así como el libre desplazamiento de estas en las banquetas”.
Si no se cuenta con un permiso, nadie puede ocuparla para hacer alguna construcción o instalar un puesto. Hay multa y sanciones que van desde lo económico hasta la clausura total de la construcción.
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“Me tropecé con las raíces de un árbol con la banqueta levantada. No quise bajarme a la calle para que no me atropellen, y salió peor”
— Ana Hernández, mientras caminaba por la calle San Borja, en la colonia Nonoalco, alcaldía Benito Juárez.
Multas por obstruir las banquetas
Una invasión de banquetas puede ser la construcción de una cochera que sobrepasa los límites de la propiedad; poner un altar fijo o una jardinera, colocar postes de internet o buzón que estorba el paso, escalones que abarcan toda la banqueta.
También se obstruyen con estructuras que cortan el tránsito de los peatones, como letreros de negocios, sillas y mesas de restaurantes, puestos fijos, toda clase de bultos, botes, material de construcción o basura que estorba.
Las multas por invadir una banqueta en la CDMX puede ir desde los 50 hasta 800 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA); es decir, desde 5 mil 187 pesos hasta 82mil 992 pesos. Si se trata de una construcción, como ampliar una cochera o colocar estructuras fijas, la obra puede ser clausurada.
Si los peatones o vecinos buscan presentar una denuncia contra un vecino porque está invadiendo la banqueta o en mal estado, lo que necesitan hacer es ir a la oficina del Centro de Servicios y Atención Ciudadana (CESAC) de tu alcaldía y levantar un reporte para el retiro de obstáculos fijos en vía pública.