El caso de la desaparición y hallazgo sin vida del empresario Íñigo Arenas tiene un nuevo capítulo, pues en la audiencia inicial en la que se dictó prisión preventiva contra seis personas detenidas del Black Royce, el gerente del establecimiento, quien a su vez funge como testigo protegido, reveló que las trabajadoras colocaban drogas en las bebidas alcohólicas de los clientes para estimular su consumo.
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El sujeto, identificado como Ricardo “N”, lo declaró ante las autoridades, de acuerdo con el Ministerio Público, quien lo dio a conocer en la primera comparecencia que se desarrolló durante la tarde de este sábado 12 de agosto, según información recogida por Milenio.
Al respecto, el encargado del centro nocturno es uno de los siete involucrados que se enfrentan ante la justicia por la muerte de Íñigo Arenas, quien habría sido trasladado desde un taxi de la Ciudad de México por un acuerdo con los propios transportistas, declaró Ricardo “N”.
En este sentido, los choferes de taxi cobraban 300 pesos o 30% de la cuenta de quienes eran llevados al Black Royce desde diferentes centros nocturnos cercanos que se ubican en la Ciudad de México (CDMX).
Previo a que los presuntos responsables por el delito de homicidio doloso en contra de Íñigo Arenas fueran encarcelados con la medida cautelar de prisión preventiva, su defensa argumentó que habían sufrido tortura física y psicológica.
Para determinar la situación jurídica de las personas relacionadas con la muerte del empresario Íñigo Arenas, el próximo 15 de agosto se decidirá si estas personas son vinculadas a proceso por el delito de homicidio doloso.
