ISLAMABAD (AP) — El gobierno de Pakistán anunció una gran campaña contra los migrantes que están en el país de forma ilegal y anunció que los expulsará a partir de noviembre, lo que generó una alarma entre los extranjeros sin la documentación pertinente, entre los que se estima que hay 1,7 millones de afganos.
El ministro interino del Interior, Sarfraz Bugti, dijo el martes que el operativo no está dirigido contra los afganos pero se aplicará a todas las nacionalidades, aunque la inmensa mayoría de los migrantes presentes en el país proceden de ese país.
La operación se produce en un momento de tensión en las relaciones entre Pakistán y el vecino Afganistán, gobernado por el Talibán, debido a lo que el gobierno de Islamabad considera que son ataques en su territorio cometidos por insurgentes aliados de los talibanes que cruzan los 2.611 kilómetros (1.622 millas) de frontera común y se refugian en Afganistán.
Según Bugti, cualquier migrante que esté de forma ilegal en Pakistán debe regresar a su país antes de finales de octubre para evitar las detenciones masivas y las deportaciones forzosas. El gobierno planea confiscar las propiedades y bienes de estos migrantes y establecerá una línea telefónica especial para ofrecer recompensas a los ciudadanos que informen a las autoridades de su presencia, añadió.
Zabihullah Mujahid, el principal vocero del gobierno talibán, dijo el miércoles que los planes de Pakistán son “inaceptables” y debería reconsiderarlos.
“Los refugiados afganos no están implicados en los problemas de seguridad de Pakistán. Mientras abandonen Pakistán de forma voluntaria, el país debería tolerarlos”, dijo Mujahid en X, la red social antes conocida como Twitter.
Aunque en los últimos años la policía paquistaní ha arrestado y deportado sistemáticamente a los afganos que ingresaban al país sin documentos válidos, es la primera vez que el gobierno anuncia una campaña de esa envergadura contra la inmigración ilegal.
