Las acreditaciones decían que estaban allí para participar en negociaciones encaminadas a frenar el cambio climático. Decían tener vínculos con organizaciones indígenas de la Amazonía, el gobierno de Brasil, el grupo sin fines de lucro The Climate Registry. Pero en realidad, los medios de subsistencia de estos participantes estaban más alineados con lo que hace que el problema continúe: los combustibles fósiles.
Cerca de 400 personas relacionadas de una u otra manera con industrias de combustibles fósiles asistieron a las conversaciones sobre el clima de las Naciones Unidas el año pasado en Egipto, un conjunto más grande que cada delegación nacional enviada por los países, salvo dos, según un análisis de datos de los más de 24.000 participantes realizado por The Associated Press.
Mientras líderes de la ONU, científicos y otros pidieron que a la larga se suspenda totalmente el uso del carbón, el petróleo y el gas natural, en varias delegaciones iban asistentes que de alguna manera debían parte o la totalidad de sus sueldos a la quema de combustibles fósiles. Muchas de estas mismas personas, y posiblemente incluso más relacionadas con esos combustibles, probablemente estarán en las conversaciones oficiales sobre el clima de este año, conocidas como la Conferencia de las Partes o COP, cuyo anfitrión será Emiratos Árabes Unidos, un destacado productor de petróleo.
“Hay una influencia enorme”, dijo Jean Su, del Centro para la Diversidad Biológica, quien forma parte de la junta que representa a la sociedad civil y a los grupos ambientalistas en estas reuniones. “Con frecuencia, estas COP son fiestas con comida y bebida para corporaciones de combustibles fósiles que quieren obtener ganancias a partir del clima”.
Si bien la presencia es palpable —por ejemplo, países petroleros y compañías con puestos expositores enormes y llamativos en los pabellones comerciales—, la influencia es difícil de cuantificar porque gran parte de las negociaciones se realizan a puerta cerrada.
Estas reuniones anuales, que se llevan a cabo desde 1995, se efectúan en ciudades diferentes cada año. La ciudad anfitriona organiza el evento y establece la agenda. Debido a que la próxima cumbre —la COP28— se celebrará en Dubai, Emiratos Árabes Unidos pudo escoger al presidente, y eligió al director ejecutivo de su compañía petrolera nacional, Sultan al Jaber.
Como es de esperar en una cumbre centrada en el medio ambiente, hay muchos activistas ambientales —más de 750 el año pasado—, según el recuento de la AP. Pero dicen que sus voces no son escuchadas y que, en cambio, el cabildeo de los intereses de los combustibles fósiles es la razón por la que las conversaciones sobre el clima aún no han producido un acuerdo para eliminar gradualmente el uso de carbón, petróleo y gas natural, algo que los científicos han dicho repetidamente que debe suceder para evitar los peores impactos del cambio climático, como los fenómenos meteorológicos extremos.
“Personas en todo el mundo están sufriendo y muriendo debido a las consecuencias de la crisis climática causada por estas industrias, a las que permitimos que se reúnan con nuestros políticos y a las que damos acceso privilegiado”, dijo la activista climática Greta Thunberg en una protesta en Londres en octubre. “No podemos confiar en estos políticos y no podemos confiar en los procesos de las COP, porque las industrias de combustibles fósiles están reforzando su control sobre sus procesos y dictando sus resultados”.
AMPLIA GAMA DE AFILIACIONES
La AP analizó las afiliaciones de los asistentes a la COP27, y revisó detalles que ofrecían en sus insignias de acreditación. Esos detalles fueron comparados con listas de operadores y propietarios de minas de carbón, campos petroleros y plantas de gas natural, al igual que con fabricantes de materiales en cuya manufactura se emiten amplias cantidades de carbono, como el acero y el cemento.
Entre los asistentes en 2022 había altos ejecutivos de BP, Shell, Equinor y TotalEnergies. El director de la mayor empresa de petróleo y gas del mundo, Saudi Aramco, se encontraba en el lugar en un evento “al margen”. Y Al Jaber, jefe de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi, también estuvo allí y estará a cargo de las negociaciones climáticas de este año. Las operaciones y productos de esas empresas y otras contribuyen enormemente al cambio climático: por sí solo, el uso mundial de petróleo y gas fue responsable de más de la mitad de las 36.800 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo en 2022, según la Agencia Internacional de Energía.
Pero no fueron sólo los gigantes de los combustibles fósiles los que aparecieron.
Tomemos como ejemplo a Mercuria Energy. La empresa con sede en Suiza se autodenomina “uno de los mayores comerciantes de energía del mundo”; en 2022, el 69% de los volúmenes que comercializó fueron de petróleo y gas natural. La compañía también es copropietaria de Vesta Terminals, que opera terminales de almacenamiento de crudo, productos derivados del petróleo y otros líquidos, así como una empresa de combustibles marinos llamada Minerva Bunkering.
Mercuria envió a seis personas a la COP en Egipto. Su líder de comercio, Magid Shenouda, acudió como parte de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica. Otros funcionarios de Mercuria asistieron dentro de las delegaciones del gobierno brasileño, la Cámara de Comercio Internacional, la Asociación Internacional del Comercio de Emisiones y Winrock International, una organización sin fines de lucro que trabaja para ayudar a los países más pobres en temas sociales, ambientales y agrícolas.
“Asistimos a estos eventos porque creemos que el mundo necesita cambiar a un sistema de energía global que sea confiable, asequible y sostenible”, dijo Matthew Lauer, el portavoz de la compañía, en un correo electrónico.
EMPRESAS ASISTEN A TRAVÉS DE DELEGACIONES DE LOS PAÍSES
Mercuria no fue la única empresa que envió personal dentro de una delegación nacional. Dos empleados de la Compañía Nacional de Petróleo de China, de propiedad estatal y una de las mayores empresas energéticas del mundo, asistieron como parte de la delegación de Níger, la nación africana donde la compañía construye un oleoducto. Thyssenkrupp, una siderúrgica alemana cuyas emisiones en 2022 rivalizaron con las de algunas grandes empresas de petróleo y gas —según datos que ellos informaron a la organización sin fines de lucro CDP—, envió a cuatro personas en tres delegaciones diferentes.
Casi una cuarta parte de las personas con vínculos a combustibles fósiles en el análisis de la AP asistieron con alguna empresa de suministro eléctrico. Para muchas de esas compañías, los combustibles fósiles siguen siendo la principal fuente de energía. Un ejemplo es AES Corporation, que envió a dos personas a la conferencia: más de la mitad de la capacidad de generación de la empresa global es de gas natural o carbón, aunque AES se ha propuesto dejar de utilizar totalmente el carbón para 2025, según su informe anual para inversionistas más reciente.
Apache Corporation, con sede en Houston, perfora en busca de crudo y gas en Texas, el área del Mar del Norte que pertenece al Reino Unido y Egipto, con más de 850 millones barriles equivalentes de petróleo en reservas probadas de crudo, pero que aún no han sido extraídas. David Pursell, vicepresidente ejecutivo de Apache, estuvo en las conversaciones sobre el clima, parte de los seis miembros de la delegación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos que están vinculados con los combustibles fósiles y que la AP identificó.
“Al invitar a la industria del petróleo y el gas a participar en la conversación, podemos crear soluciones pragmáticas para abordar la pobreza energética global y al mismo tiempo minimizar nuestro impacto ambiental”, dijo Pursell en un comunicado.
Alden Meyer, quien ha estado en todas las COP salvo una y es analista del grupo europeo de investigación E3G, dice que el gran número de asistentes relacionados con los combustibles fósiles muestra que estas industrias ven las cumbres “ya sea como una amenaza o tal vez una oportunidad, o ambas, para sus negocios”, pero el sistema no está configurado para diferenciar los motivos y los empeños de cabildeo.
Meyer y Joanna Depledge, historiadora de negociaciones climáticas de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, dicen que los intereses de los combustibles fósiles tienen una influencia enorme sobre el evento, pero dicha influencia comienza antes de las conversaciones.
“Las posiciones nacionales se forjan mucho antes de que los gobiernos vuelen a las COP”, dijo Depledge.
No obstante, gran parte de la defensa de los combustibles fósiles no proviene directamente de países o empresas. El año pasado, el Instituto de Energía Global de la Cámara de Comercio de Estados Unidos envió a cuatro empleados a la cumbre. Marty Durbin, presidente del instituto y exejecutivo del Instituto Estadounidense del Petróleo, dice que el instituto es un “enorme” partidario del gas natural, y hace notar que en los países en desarrollo el gas natural es una alternativa al carbón, que es mucho más sucio.
Durbin explica que los intereses del amplio grupo empresarial de la cámara deben estar representados en las negociaciones, y agrega que los funcionarios de la cámara se reunieron con John Kerry —enviado presidencial especial de Estados Unidos para el clima— en la COP27 para apoyar ese punto de vista, y recientemente se entrevistaron con líderes de la COP28 en Abu Dabi.
“No sé por qué estamos tratando de alejar a la gente, en lugar de decir: ‘Vengan y trabajemos todos juntos en esto’”, dijo Durbin, en declaraciones desde una conferencia sobre petróleo y gas en Abu Dabi en octubre.
Para las próximas conversaciones en Dubai, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que organiza las COP, ha cambiado su proceso de acreditación para que sea más transparente. Los asistentes deberán indicar su afiliación y relación con su delegación.
INFLUENCIA DEL LEGADO DEL PETRÓLEO
La historiadora Depledge evoca la primera COP en Berlín para comprender lo que ha ocurrido desde entonces. Gracias al cabildeo de la industria petrolera, la convención, al establecer sus reglas, decidió no adoptar decisiones por mayoría y optó en cambio que sean por consenso, mucho más difícil de lograr, dijo. Eso significa que, si un actor importante o varias naciones se oponen, la propuesta fracasa. India descartó una propuesta de 2021 para eliminar gradualmente el uso de carbón, debilitando la contundencia de la redacción.
El número dos de la próxima COP, Adnan Amin, dijo a la AP que la regla de consenso significa que es poco probable que se alcance un acuerdo para eliminar gradualmente el uso de los combustibles fósiles. No obstante, indicó que, al participar en las conversaciones, la industria del petróleo y el gas “comprenderá que necesita avanzar mucho más rápido de lo que lo ha estado haciendo” para reducir las emisiones.
Pedro Pizarro, presidente de Edison International, una destacada empresa de servicios públicos de California, se apresura a decir que su firma no quema combustibles fósiles y él no la considera una compañía de dichos combustibles, a pesar de que obtiene al menos el 40% de la electricidad que suministra a partir de la quema de gas natural.
Aunque el presidente Donald Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo climático de París de 2015, que establece objetivos para limitar el aumento de la temperatura global, Pizarro asistió a las negociaciones de todas formas, y le dijo a la AP que “en esencia Estados Unidos estaba ausente. Algunos de nosotros, los directores generales, estábamos allí diciendo: ‘Oye, todavía estamos comprometidos con esto’”.
Luego, en 2021, el presidente Joe Biden hizo que Estados Unidos regresara a las conversaciones. Pizarro dice que se reunió en esas negociaciones con Kerry, con Jennifer Granholm —la secretaria de Energía—, y con Gina McCarthy, asesora nacional de la Casa Blanca sobre el clima, y hablaron acerca de la transición a la energía limpia y el respaldo a las iniciativas de Biden para que se aprueben proyectos de ley al respecto.
Pizarro dice que espera que las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono permitan que aún continúe la quema de combustibles fósiles en cierto grado. La captura de carbono elimina el dióxido de carbono de la fuente de combustión o del aire, y está interrelacionada con los negocios de combustibles fósiles porque las promesas de reducir las emisiones son fundamentales para los compromisos de cero neto de muchas naciones y empresas, especialmente la industria del petróleo y el gas. No obstante, la tecnología está a años, si no es que décadas, de tener un impacto en una magnitud importante.
“En este momento el problema a resolver no es el de los combustibles fósiles”, expuso Pizarro. “El problema a resolver es el clima”.
Su no está de acuerdo y dice que todas las compañías de servicios públicos están vinculadas a los combustibles fósiles.
“Es el zorro que vigila al gallinero, y no deberían estar en la mesa de negociaciones cuando son los gobiernos los que tienen la jurisdicción para regular”, explicó Su. “Sólo rinden cuentas ante los accionistas, y los gobiernos deberían tener voz plena sobre lo que es mejor para el público”.
“El proceso (de las COP) ya no funciona”, dijo Su. “Es profundamente frustrante”.
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Seth Borenstein está en https://twitter.com/borenbears.
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