Las aves invasoras exóticas como la cotorra argentina, especie también conocida como perico monje, proliferan en la Ciudad de México y ponen en peligro a especies nativas, a las que desplazan alterando el equilibrio ecológico en la capital; sin embargo, especialistas advierten que también provocan afectaciones económicas en la infraestructura eléctrica y son potenciales transmisoras de enfermedades a los seres humanos.
Juan Carlos Cantú Guzmán, director de Teyeliz –asociación especializada en la investigación sobre el comercio ilegal de especies silvestres–, explicó a Publimetro que estas aves compiten con las especies endémicas por las zonas de anidación y los alimentos. Cantú detalló que esta problemática se agravó en los últimos 15 años por tráfico ilegal de especies, y por la omisión de las autoridades federales que no frenaron su importación masiva.
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“Cuando empezó la importación masiva de esta especie en el 2006, se le informó a las autoridades de la Dirección General de Vida Silvestre (SEMARNAT) que esta es una especie exótica invasora y que debían prohibir su entrada y no hicieron caso, lo dijimos las ONG`s. Sabemos que a la autoridad –desde la CONABIO– le informaron también y no sólo eso, autoridades de Uruguay, de donde estaban exportando estos ejemplares, también se los dijeron”.
— Juan Carlos Cantú Guzmán.
La importación de estas aves se rastrea desde los años 90 en nuestro país, se estima que cerca de 100 mil de estos ejemplares se importaron cada año, convirtiendo a México en el mayor importador mundial de esta especie desde 2006. Muchos de estos ejemplares se comercializaron como mascotas; no obstante, al ser un ave ruidosa se puso en libertad a los pericos monje, con lo que se inició una invasión sin control en todo el territorio mexicano.
Aunque en las áreas urbanas de la CDMX se estima que existen más de cinco mil de estas aves invasoras exóticas, las autoridades locales y federales no han hecho prácticamente nada para frenar la invasión del perico monje, cuya capacidad para tener una alimentación generalista; así como su habilidad para construir enormes nidos –en los que llegan a habitar hasta 12 parejas– han sido claves para su adaptación en las zonas urbanas de la capital.
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Sus enormes nidos se dejan ver con mayor frecuencia en copas de árboles, postes y torres de luz en alcaldías como Azcapotzalco, Iztapalapa, Xochimilco y en el Bosque de Aragón en la alcaldía Gustavo A. Madero.
De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), en la CDMX se distribuyen el 32% de las aves que viven en nuestro país, solo el gorrión serrano es endémico de la capital y se encuentra en peligro de extinción.
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Daños económicos
- Sus grandes nidos formados de pedazos de madera pegados unos sobre otros, muchas veces se colocan en postes, torres y transformadores eléctricos, lo que provoca que se calienten, exploten o causen incendios dañando la infraestructura urbana. En Estados Unidos se calcula en cifras de millones de dólares el costo de los daños provocados por pericos monje.
Daños a la salud
- Además de que las cotorras argentinas pueden ser portadoras de gripe aviar y transmitirla a los seres humanos, también pueden ser portadoras y transmisoras de afecciones como la psitacosis, un tipo de fiebre que mal atendida puede provocar la muerte en seres humanos.
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¿Problema sin solución?
En países como España, se han planteado soluciones como la captura y sacrificio de estas aves –consideradas una plaga en países como Argentina y Uruguay–; sin embargo, Cantú asegura que estas estrategias no garantizan el éxito para contener a las aves invasoras exóticas.
El director de Teyeliz explicó que actualmente en México no existe voluntad, políticas públicas, ni dependencias gubernamentales a las que les interese contener, monitorear y censar a las cotorras argentinas.
“No existe ninguna autoridad en México a la que le toque hacer algo al respecto. Supuestamente le tocaría de manera general así a la Dirección General de Vida Silvestre, pero ellos no tienen oficinas, ni personal que realmente se encargue de especies exóticas invasoras y mucho menos presupuesto para hacer algo al respecto”.
— Juan Carlos Cantú Guzmán.
A considerar
- Aunque desde 2010 se prohibió la importación de cotorras argentinas, fue hasta 2015 cuando las autoridades mexicanas detuvieron estas actividades tras hallar un cargamento con cerca de 2 mil pericos monje con gripe aviar.
