El monitoreo del aire en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) presenta un déficit para recopilar información sobre partículas y contaminantes potencialmente cancerígenos, pues de las 80 estaciones con las que cuenta la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), al menos el 39% no detectan partículas potencialmente cancerígenas como el PM10 y PM2.5, por irregularidades y fallas en su operación.
En el marco del seminario organizado por la CAMe “Revisión de la situación de la calidad del aire de la Megalópolis”, en el que participaron diversos especialistas, el director de Investigación de Calidad del Aire y Contaminantes del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Rodolfo Iniestra Gómez, puntualizó que no se aprovecha al 100% la capacidad de monitoreo del aire que se tiene en la Megalópolis.
Datos del INECC señalan que en los últimos años, de las 62 estaciones con capacidad de medir el contaminante PM10, en 24 (39%) no fue posible realizar la evaluación por falta de datos. En tanto que, de los 63 instrumentos que miden PM2.5, en 27 (43%) no se pudieron evaluar los niveles por la misma razón.
En 2023 más del 75% de los días tuvieron mala calidad del aire en la capital y las concentraciones cercanas a los límites de PM2.5 y PM10 establecidos en la Norma Oficial Mexicana NOM-025. En enero de 2024, la CDMX únicamente registró 14 de 31 días con buena calidad del aire, en 16 tuvo altas concentraciones de PM10 y en 23 de PM2.5.
Daños a la salud
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) las partículas PM10 (con un diámetro inferior a 10 micrómetros) y PM2.5 (inferiores a 2.5) –presentes en la mayoría de los días con mala calidad del aire en la CDMX– representan un peligro para la salud, pues al inhalarlas llegan a los bronquiolos y pueden alterar el intercambio pulmonar de gases, ocasionando enfermedades.
De acuerdo con la OMS, estas partículas son una mezcla sólida y líquida de sustancias orgánicas e inorgánicas suspendidas en el aire compuestas por sulfatos, nitratos, amoníaco, cloruro de sodio, hollín, polvos minerales y agua.
Respirar el aire contaminado con PM2.5 y PM10 incrementa el riesgo y la mortalidad de padecimientos prevenibles como los eventos cerebro-vasculares, enfermedad isquémica del corazón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cáncer pulmonar y neumonía, entre otras.
Iniestra puntualizó que la contaminación en la Megalópolis no se ha incrementando en las últimas décadas, sino que los estándares nacionales e internacionales se han hecho más estrictos por los hallazgos en los padecimientos asociados a la mala calidad del aire.
En la CDMX se estima que mueren de forma prematura entre 4 mil 500 y 14 mil personas al año por complicaciones y enfermedades relacionadas con contaminación del aire, según el Índice Global Burden of Disease (GBD).
El dato
- 35 las 80 estaciones de la CAMe están distribuidas en la Ciudad de México y en su zona conurbada, nueve en el Estado de México, 15 en Hidalgo, ocho en Querétaro, cinco en Puebla, cuatro en Tlaxcala y cuatro en Morelos, respectivamente.