De la gastronomía mexicana el tamal es uno de los platillos más saludables y famosos de todos. De chile, mole o manteca, los sabores pueden variar tanto que hasta han creado uno con forma de ajolote.
Cada 2 de febrero se celebra el Día de la Candelaria en México y la tradición marca a las personas que “descubrieron” un niño en la Rosca de Reyes, paguen su deuda invitando los tamales este día.
El ingenio mexicano se extiende tanto que hasta crearon un tamal con forma de ajolote, el cual puedes comprar en el museo del mismo anfibio ubicado en Prolongación 5 de Mayo, número 521, 2do Parque las Águilas, en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México.
¿Por qué desató críticas este tamal?
Las críticas en contra de este platillo iniciaron cuando se dio a conocer su precio a través de un video publicado en las redes sociales.
Su precio es de 180 pesos cuando, en promedio, un tamal cuesta 20 pesos, por lo que llevaron a las personas en internet a considerar que la receta del tamal ya estaba gentrificada.
Este término se ha usado con mucha naturalidad en la actualidad y esta acción sucede cuando un proceso de renovación y reconstrucción urbana se acompaña de un flujo de personas de clase media o alta que suele desplazar a los habitantes más pobres de las áreas de intervención, como lo define la ONU.
Las quejas que se publicaron en redes sociales fueron las siguientes: “Con ese precio debería estar 10 veces más bueno que uno normal y la verdad no lo creo”, “Y nos quejábamos de los revendedores y miren con qué nos salen”.
“Es culpa de la gentrificación”, “No puedo creer que los tamales ya estén gentrificados”, “Es para que nos dejemos de quejar de los tamales de siempre”.