De acuerdo con Médicos Sin Fronteras (MSF), la inseguridad en el noreste de la frontera entre México y Estados Unidos está afectando profundamente el bienestar físico y emocional de los migrantes, quienes buscan seguridad en el vecino país del norte.
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MSF hizo un llamado a las autoridades para que proporcionen protección integral a estas personas vulnerables, como el caso de una mujer nicaragüense que huyó de su país el año pasado debido a la persecución política contra ella y su familia. Después de enfrentar múltiples extorsiones en los retenes de las autoridades a lo largo de su ruta, su trayecto se vio interrumpido en San Luis Potosí, donde fue retornada a Guatemala junto a otros migrantes.
Cuenta que a pesar de los riesgos, emprendió nuevamente el viaje hacia el norte y logró llegar hasta Monterrey, Nuevo León, donde fue secuestrada junto a otros migrantes durante el trayecto hacia Reynosa, Tamaulipas.
Después de 17 días de cautiverio, la nicaragüense fue liberada en Matamoros, Tamaulipas y recibió apoyo en uno de los escasos albergues de la ciudad, donde acudió a Médicos Sin Fronteras para recibir tratamiento psicológico, “sé que aún me falta mucho para poder volver a ser la que yo era”, confiesa la mujer.
Finalmente, la organización humanitaria aseguró que son cada vez más comunes este tipo de casos en ciudades como Reynosa, Matamoros y Piedras Negras (Coahuila). “En los últimos meses hemos visto un aumento de los casos relacionados con secuestros y violencia sexual contra las personas migrantes”, concluyó Pooja Iyer, coordinadora del proyecto de MSF en dicha zona.