No existe otro territorio en México con las características del Valle de Guadalupe, en Ensenada, Baja California para la producción vitícola, región que ha padecido escasez de agua y altas temperaturas, lo que pone en riesgo el cultivo de la vid y, con ello, a la industria del vino de México, afirman productores de la región acompañados por la organización de la sociedad civil Iniciativa Climática de México (ICM).
Para Claudia Turrent, socia fundadora de la vinícola Anatolia, el cambio climático les “ha estado afectado de manera muy importante”, explicó en entrevista con Publimetro. En sus palabras, la crisis padecida en los últimos años ha sido grave y muestra de ello es que la superficie apta para cultivo de vid en el Valle de Guadalupe ha disminuido. Por ejemplo, Anatolia ha perdido 22 hectáreas por la sequía de los últimos cuatro años. Además, las gestiones gubernamentales no han sido suficientemente eficientes para ayudar a los productores. “No hay una dirección científica a cargo de una autoridad que indique cómo tenemos qué hacer frente a ampliar los cultivos y explotar los mantos acuíferos de manera responsable”, señaló Turrent.
“Los años de sequía intensa afectaron profundamente al cultivo”, explicó Turrent, quien afirmó que en el caso de Anatolia, la escasez de agua entre 2020 y 2022 provocó que la producción decreciera de 10 toneladas de vid al año, pasara a 3.5 toneladas.
“En los últimos años ha aumentado el consumo de vino per cápita, muy importantemente y esperamos que esta tendencia no cambie”, explicó Turrent a este medio. El vino de esta región ha demostrado ser un vino muy bien hecho, con características muy especiales. Los mexicanos nos han apoyado siempre. Al principio no, pero ha sido muy interesante cómo eso ha cambiado gracias a las nuevas generaciones. Las generaciones más viejas se acostumbraron a vinos de otros lugares y les cuesta mucho trabajo virar”, expresó.
Ese apoyo ha sido clave para el auge tan importante que ha tenido el Valle de Guadalupe en Baja California.
Importante reflexionar sobre las afectaciones al planeta y nuestro consumo
Para Mariana Díaz, coordinadora de la Contribución Determinada a Nivel Nacional desde Sociedad Civil de Iniciativa Climática de México (ICM), la situación del Valle de Guadalupe debería de invitarnos a reflexionar sobre el consumo responsable y los procesos para obtener nuestros productos.
“Nosotros buscamos dar información y que se promueva la mejor toma de decisiones, basadas en ciencia. Muchos de nosotros tenemos muy claro que el planeta se está calentando por la actividad productiva, industrial, energética. Eso produce el calentamiento global y el cambio climático”, explicó Díaz en entrevista para Publimetro.
“El cambio climátco tiene una serie de impactos negativos, entre ellos, sequías prolongadas, climas extremos, lluvias más intensas y más largas, etcétera, que afectan a la vid y a la producción de vino, en este caso”, añade.
“México cuenta con una superficie sembrada de 35 mil 823 hectáreas, producción de 452 mil 927 toneladas de uva y más de 73 mil toneladas de uva industrial, que representan cuatro millones de cajas de vino al año”
— Víctor Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, durante el 75 aniversario del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) en mayo de 2023
Además, Díaz reflexionó sobre la necesidad de que todos tomemos conciencia de la importancia que tienen los instrumentos de política pública climática que rigen la acción climática de nuestro país, de conocerlos y exigir su cumplimiento como por ejemplo la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) que México comprometió en 2015 al firmar el Acuerdo de París.
En 2022, ICM elaboró y presentó la Contribución Determinada a Nivel Nacional desde la sociedad civil en la que ofrece 88 medidas para seis sectores como una propuesta gestada desde la sociedad civil para brindar apoyo al gobierno en sus esfuerzos por reducir sus emisiones de CO2 y avanzar a la carbono-neutralidad contribuyendo al esfuerzo global de mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1.5 grados Celsius, lo que la ciencia indica.
“En este proyecto tenemos un lema: ‘infórmate, aprende y decide mejor’. Tener información permite tomar decisiones más conscientes. Debemos saber cuál fue la ruta de la uva hasta nuestra copa de vino e indagar más sobre el proceso de producción y comercialización, y la huella ambiental que se generó en el camino. Debemos motivar que nuestras decisiones comerciales sean cada vez más informadas y conscientes”, concluyó.
Mayores informes
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