El consumo de mariscos durante la Cuaresma se ha convertido en una práctica arraigada. Sin embargo, es importante destacar que los pescados y mariscos importados a menudo contienen altos porcentajes de hielo, lo que disfraza el peso real del producto. Esto lleva a que los consumidores mexicanos paguen más por el agua congelada que por el producto que reciben.
Oceana, una organización internacional dedicada a la protección de los océanos, en su estudio más reciente “Gato X Liebre: el fraude del pescado congelado”, encontró varios casos donde el 60% del producto es agua congelada, un porcentaje muy por encima del límite aceptable a nivel mundial, que es del 12%. Esto significa que los consumidores pagaron más por el hielo que por el producto final.
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La mayoría de los filetes de pescado importados analizados fueron de basa y tilapia, que son los más vendidos en supermercados. En el 43% de los casos se encontró un 21% o más de glaseado. En el caso de los filetes nacionales, el glaseado pocas veces superó el 10%. Es decir, en los productos pesqueros mexicanos, la mayor parte del precio corresponde al pescado y no a la capa de hielo añadida.
Lo mismo sucedió con el camarón congelado. Más del 70% del camarón importado superó el límite aceptable del 12% de glaseado. Casi la mitad de las muestras presentó un 31% de glaseado o más. Esto es diferente al 80% de los camarones congelados de origen nacional, donde el porcentaje de glaseado se encontró dentro del límite aceptable.
Piden transparencia
Mariana Aziz, directora de Transparencia de Oceana en México, explicó que el glaseado es una técnica aceptable a nivel mundial para conservar el pescado y mariscos en buen estado. Sin embargo, muchas veces se abusa y el porcentaje de agua congelada añadida es exagerado, afectando el bolsillo de las personas y al sector pesquero mexicano que ofrece productos con menos glaseado.
La representante de Oceana añadió que para evitar que este engaño continúe, se requiere una Norma de Trazabilidad que permita conocer el procesamiento que reciben los productos pesqueros desde que se capturan hasta el último punto de venta.
