Todavía no termina el tercer mes de este año, y en la Zona Metropolitana del Valle de México ya se superaron las contingencias ambientales de todo 2023, situación que se agravará por los pronósticos de altas temperaturas para los siguientes meses.
La contingencia ambiental que decretó la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) este sábado 23 de marzo es la cuarta en lo que va del año —una regional el primero de enero por PM2.5 y tres Fase I por ozono—, dejando atrás las tres contingencias del año anterior —de las cuales también una fue regional por PM2.5—.
En las grandes urbes como la Ciudad de México y en general la Zona Metropolitana, la célebre frase popular de ‘somos lo que comemos’ se transforma en ‘somos lo que respiramos’, sobre todo porque es temporada de ozono —la cual se desarrolla entre febrero y junio—.
La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) refiere que la temporada de ozono es un contexto de aumento de temperatura, alta insolación y poco viento, por lo que se genera una menor dispersión de contaminantes.
Según las autoridades ambientales, los vehículos automotores y las fugas de gas LP son las principales fuentes de contaminantes que, al evaporarse y entrar en contacto con el sol, forman ozono y afectan la calidad del aire.
En México se registran los siguientes contaminantes atmosféricos: SO2, CO, NO2, ozono (O3), PM10 partículas suspendidas totales (PST) y plomo (Pb).
Para cada uno de estos contaminantes se cuenta con un estándar o norma de calidad del aire donde se establecen las concentraciones máximas que no debieran sobrepasarse en un periodo definido (frecuentemente una vez por año), para que pueda garantizarse la protección adecuada de la salud de la población, sobre todo los grupos más susceptibles.
Según Semarnat, la calidad del aire se considera buena o satisfactoria cuando el valor Imeca está debajo de 100, de 101 a 150 es regular o no satisfactoria, de 151 a 200 mala y de 201 en adelante se considera muy mala.
De hecho, el 1 de marzo de 2023, el gobierno capitalino celebraba una mejora en la calidad del aire tras una reducción de 3.3% de las partículas PM2.5; no obstante, de seguir la actual tendencia, este año se confirmará un rebote en los contaminantes.
En lo que va de esta década, el año con más contingencias ambientales es 2022, con un total de seis emergencias, todas ellas por ozono que en total implicaron ocho días de medidas restrictivas para evitar afectaciones a la salud.
En 2023 bajaron los días a 3.5 y en lo que va de este año ascienden a 5.5. Las emergencias del 1 de enero duraron solo medio día, mientras que la contingencia por ozono decretada el 22 de febrero pasado se extendió hasta el 25 de febrero, así que tanto en aplicaciones de la Fase I como en el número de días ya se rebasaron los reportes del año pasado.
Enfermedades asociadas a la calidad del aire
- Asma
- Conjuntivitis
- Infección respiratoria aguda
- Otitis media aguda
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Enfermedad cerebrovascular
- Enfermedad isquémica del corazón
Principales partículas contaminantes
La Secretaría de Salud del Estado de México, en su boletín mensual sobre la ‘Calidad del aire y salud’ expone las características de los contaminantes
- PM10: en México, las estimaciones corresponden a cerca de 29 mil muertes y casi 558 mil años de vida ajustados por discapacidad atribuibles a la mala calidad del aire.
- PM2.5: se le atribuye un incremento en la prevalencia de cardiopatías isquémicas, enfermedades cerebrovasculares e incremento en infecciones de las vías respiratorias inferiores y enfermedades pulmonares obstructivas crónicas.
- Ozono (O3): exacerbaciones respiratorias en población general y disminución en la función pulmonar aunado a un mayor uso de medicamentos en niños asmáticos.
- Nitrógeno (NO2): provoca exacerbación de casos de asma, principalmente en niños. Este contaminante se deriva de los procesos de combustión.
- Monóxido de carbono (CO): exacerbación de casos de asma principalmente en niños. Este contaminante se produce por la combustión incompleta de compuestos de carbono, consecuentemente pueden verterlo al aire los vehículos automotores y la industria, además de los incendios forestales.
- Dióxido de azufre (SO2): es responsable en buena medida de las ‘lluvias ácidas’ y de la contaminación del aire que afectan a las zonas urbanas e industriales.