En febrero pasado, dos grupos criminales que operan en Guerrero llegaron a un acuerdo en la zona centro del aquel estado, lo cual significó una disminución sustancial en el porcentaje de muertes y otros crímenes registrados en la entidad.
El acuerdo de no agresión entre Tlacos y Ardillos, firmado en Chilpancingo, marcó un antes y un después en la entidad sureña del país que a su vez es considerada una de las más conflictivas y peligrosas del país.
Entre el 23 de enero y el 22 de febrero de este año se reportaron 175 homicidios dolosos aunque la diferencia podría ser mayor, pues en el reporte diario no están reflejadas las 12 personas que el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que fueron asesinadas en San Miguel Totolapan, como menciona Milenio.
El pacto entre estos bandos criminales se alcanzó a mediados de febrero de este año y de acuerdo con la cifra del mencionado medio, a partir del 22 de febrero hasta el 24 de marzo se han registrado cerca de 70 homicidios, cifra por la cual aseguran que la este delito ha disminuido.
La influencia de la iglesia
El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, aseguró que la gente vive un poco más en paz por la tregua entre criminales y el padre Filiberto Velázquez, por su parte, confirmó esta aseveración.
“Sí disminuyeron, especialmente los homicidios dolosos, en las regiones de la región norte del Estado, de la sierra, Tierra Caliente y Chilpancingo, aunque siguen abiertos otros conflictos, como en la Costa Grande, especialmente en Tecpan, pero incluye a otros actores que no entraron en esas treguas”, dijo el también director del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello.
Un paso más hacia la paz
Pese a la disminución de este delito, autoridades locales admiten que la extorsión y el secuestro siguen presentes en el estado y esos serán otros temas que tratarán con apoyo federal. La solución que por ahora funcionó para detener los homicidios en la entidad fue delimitar fronteras en donde operan los grupos para evitar más conflictos.
