En un giro inesperado, lo que comenzó como una manifestación pacífica de músicos en contra de la prohibición de tocar en las zonas turísticas y hoteleras de Mazatlán, culminó en un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Sinaloa.
Policías se lanzan contra músicos en Mazatlán
Según reportes del medio local Luis Alberto Díaz y Los Noticieristas, la marcha de los grupos musicales y bandas se vio interrumpida por la intervención de la policía, desencadenando una acalorada discusión que pronto se convirtió en una confrontación física.
En un video que circula en redes sociales, se puede observar a los manifestantes portando sus instrumentos musicales, caminando de manera tranquila por la Zona Dorada de Mazatlán. De repente, un policía se abalanza sobre un hombre que grababa la marcha, desencadenando así una serie de golpes y forcejeos entre los agentes y los manifestantes.
Esta situación ha generado un debate sobre el derecho a la expresión artística, la música mexicana, las tradiciones, así como la convivencia entre la actividad turística y la cultura local en Mazatlán.
Hasta el momento las autoridades locales no han dado información al respecto para esclarecer los acontecimientos y tomar medidas para evitar futuros conflictos de este tipo.
¿Por qué marcharon los músicos en Mazatlán?
Esto surgió a raíz de la reciente prohibición emitida por el hotel Camino al Mar en Mazatlán, que impide a los visitantes contratar grupos musicales y bandas en el área de la playa, generando una ola de indignación entre los habitantes de Sinaloa y la comunidad en general.
Esta medida, supuestamente fue tomada a raíz de quejas de turistas, ha suscitado un debate sobre la gentrificación en el país.
El comunicado del hotel Camino al Mar, que limita la expresión musical en un espacio tradicionalmente abierto a la cultura local, ha sido recibido con fuertes críticas por parte de los residentes de Mazatlán y de toda la región.
Se argumenta que esta restricción no solo afecta el derecho a la música y la tradición cultural, sino que también a los empleos de decenas de personas y refleja un proceso de gentrificación que busca transformar los espacios públicos para acomodar los intereses de una minoría adinerada, en detrimento de la identidad y el acceso de la comunidad local.
La medida desencadenó una reacción enérgica por parte de músicos, artistas y ciudadanos comprometidos con la preservación de la diversidad cultural y el patrimonio de Mazatlán, motivo por el que organizaron la protesta para expresar el descontento y exigir el respeto a la libertad de expresión y al derecho a la cultura.