Lanzada en 2010, Instagram es una de las redes sociales más descargadas a lo largo del mundo en la actualidad. Y es que rápidamente comenzó a ganar nuevos usuarios gracias a sus herramientas para compartir tanto fotos como videos con amigos, familiares y seguidores. Su evolución ha sido constante, incluyendo nuevas funciones e incluso la posibilidad de realizar compras, manteniendo su jerarquía en el mercado de apps. No obstante, el tema de la seguridad es algo que poco se habla dentro de este ecosistema comandado por Mark Zuckerberg. Si bien Instagram ha implementado varios parámetros para proteger la privacidad y seguridad de sus usuarios, como la verificación en dos pasos o la detección automática de contenidos inapropiados, lo cierto es que cuidar nuestros datos también depende de cada usuario.
Por más que queramos pensar en que hablamos de un ambiente seguro, siempre habrá personas que busquen estafar o sacar provecho de las vulnerabilidades de otros. En ese sentido la educación digital es clave para navegar de manera segura y responsable. Y, partiendo por lo más básico, hoy les entregaremos un consejo fundamental para resguardar la seguridad de su cuenta.
¿Por qué debería cambiar mi contraseña de Instagram?
En un contexto cada vez más digitalizado, Instagram se ha vuelto un blanco perfecto para ataques cibernéticos. Es por eso que salvaguardar la privacidad y la seguridad en línea emerge como máxima prioridad. ¿El primer paso? Renovar periódicamente nuestras contraseñas digitales, sobre todo en redes sociales tan populares como lo es Instagram.
En ese sentido, especialistas en seguridad informática, respaldados por el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido (NCSC), enfatizan la necesidad de actualizar las contraseñas cada tres meses. Esta recomendación responde a la constante evolución de las amenazas virtuales, con cibercriminales afinando sus habilidades para superar barreras de seguridad, así de simple puedes evitar un acceso indebido a tu cuenta.
Como era de esperar, la práctica de utilizar las mismas contraseñas en múltiples plataformas implica abrir otro punto de vulnerabilidad. Si una contraseña se compromete en una aplicación, cualquier otra cuenta que comparta esa misma clave podría quedar expuesta, una cadena de riesgos que perfectamente podría evitarse.
Eso sí, más allá del ciclo de renovación cada tres meses, la calidad de la contraseña también es fundamental. El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) de EE. UU. aconseja optar por combinaciones largas y complejas, que sean lo más difíciles de predecir o desencriptar, sin importar lo difícil que pueda ser recordarlas.