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Encuentran cocaína y benzodiacepinas en sistema del obispo Salvador Rangel

Durante el fin de semana se reportó la desaparición del religioso, aparentemente fue víctima de secuestro exprés

Los resultados de los primeros exámenes toxicológicos que se le practicaron al obispo emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, arrojaron que en su sistema se encontró la presencia de cocaína y benzodiacepinas, según un reporte médico al que tuvo acceso El Universal, tras firmar su egreso voluntario del hospital en donde era atendido.

Tras reportarse como desaparecido desde el sábado, la tarde del lunes se informó que fue localizado con vida, debido a las condiciones en las que estaba fue internado en el hospital general “José G. Parres” de Cuernavaca, Morelos.

La última vez que se le vio fue en una pizzería en el municipio de Emiliano Zapata, en la zona metropolitana de Cuernavaca.

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Su ingreso al hospital fue a las 10:00 horas del domingo 28 de abril luego de ser encontrado “en establecimiento público, con deterioro neurológico a expensas de estupor, sin pertenencias y con un blister de dos pastillas de sildenafil”.

El informe policíaco también indica que se pidió ayuda de una ambulancia de la Cruz Roja para recibir atención prehospitalaria.

Obispo fue localizado en un hotel

“Lo que trascendió, conforme con fuentes policiales, es que los paramédicos de la ambulancia MOR57 de la Cruz Roja acudieron a un llamado de ayuda del Hotel Real Ocotepec para auxiliar al obispo y llevarlo al hospital. Según la bitácora de la Cruz Roja, los paramédicos entraron en contacto con el obispo el domingo en ese hotel ubicado en la avenida Miguel Hidalgo de la comunidad indígena de Ocotepec”.


En ese momento no se sabía que el paciente era el obispo Salvador Rangel, ya que no tenía ninguna identificación consigo ni pudo revelar sus datos personales, ya que se atravesaba por un cuadro de somnolencia y deterioro del estado neurológico.

Los médicos destacaron que sus pupilas respondieron a estímulos luminosos, tenía un poco de deshidratación, estaba pálido, sin daño en cuello o tórax, además de que su dinámica respiratoria era la adecuada.

“Durante su ingreso los médicos que lo recibieron detectaron deterioro del estado neurológico por lo que se consideraron el posible manejo avanzado de la vía aérea, pero no fue necesario. Enseguida indicaron reanimación hídrica y una dosis de flumazenil, utilizado para revertir los efectos de una benzodiazepina sedante pero no obtuvieron resultados favorables. Posteriormente le administraron bolo de naloxona con respuesta efectiva y después solicitaron el perfil toxicológico”, añade el informe.

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