El periodista Jonathan Lomelí ha destapado un preocupante fenómeno en la gastronomía tradicional del país, la gentrificación de los platillos tradicionales mexicanos.
En un revelador hilo en redes sociales, Lomelí expuso el caso de una torta de chilaquiles que, en lugar de estar bañada en la clásica salsa verde o roja, se encontraba cubierta de frijoles, un ingrediente emblemático de la cocina nacional que se usa como acompañamiento para este plato.
Esta imagen compartida por el periodista desató la indignación de muchos mexicanos, pues denota una tendencia preocupante en la transformación de la comida popular para adecuarla a los gustos y bolsillos de una élite.
“#Gentrificación es un lonche de chilaquiles bañado en frijoles, queso fresco y un brotecito de lenteja emplatado por 130 pesos en un café de la colonia Americana de #GDL (caso real desembolsable)”, dijo el periodista en su cuenta de X.
Según Lomelí, este peculiar lonche de chilaquiles se ofrece en un café de la colonia Americana de Guadalajara, Jalisco, a un exorbitante precio de 130 pesos, mientras que tradicionalmente este platillo se encuentra por menos de 20 pesos en gran parte del país.
Con el hashtag “#Gentrificación”, Lomelí señaló el impacto de este fenómeno, donde platillos antes accesibles se convierten en lujos inalcanzables para muchos.
Además, el periodista destacó cómo esta transformación afecta también a los servicios de alimentos y vivienda, volviéndolos cada vez más exclusivos y encareciendo el costo de vida en las áreas urbanas.
“Estos espacios urbanos, sometidos a fuertes procesos de ‘branding’, sufren un ‘hamburguesamiento’ con costos de vida más altos. Ahora un lonche de chilaquiles es ‘cool’ y en vez de 20 pesos cuesta 130″, aseguró.
En varias partes de la República Mexicana, una torta de chilaquiles no pasa de los 70 pesos, incluyendo proteína como pollo o carne además de variados guisados e incluyendo más salsa para quienes gustan del picante.
Ante esta lamentable situación, el periodista destacó cómo la gentrificación no solo se limita a la gastronomía, sino que se expande a diversos aspectos de la vida cotidiana.
Ya que ahora, una torta o lonche de chilaquiles, lejos de ser un platillo popular y accesible, se convierte en un símbolo de estatus y exclusividad, perdiendo así su esencia y conexión con las raíces culturales de la gastronomía del país.
