El 19 de mayo de 2018 marcó la fecha en los libros de historia del Reino Unido y el mundo: el príncipe Harry, hijo del entonces príncipe de Gales, Carlos III, se casó con Meghan Markle, una joven actriz norteamericana que había logrado conquistar el corazón de quien era considerado uno de los solteros más codiciados del planeta. Seis años después, los duques de Sussex siguen mostrando como su amor ha prevalecido ante la adversidad.
La historia de amor entre Harry y Meghan comenzó durante el verano de 2016 en un club privado del Soho londinense, donde unos amigos en común se encargaron de presentar a la futura pareja. Esa primera cita a ciegas fue un éxito, al príncipe le encantó la idea de que ella fuera totalmente distinta a las chicas con las que había salido y se vieron dos noches más, la última en el propio Palacio de Kensington. Así comenzó una relación que durante cinco meses se mantuvo en secreto y a distancia, ella vivía en Canadá y él era uno de los príncipes más activos y carismáticos para la monarquía británica, entonces reinaba Isabel II y ella tenía planes para su nieto favorito.
Los giros que han tenido Harry y Meghan desde que se casaron en 2018
La fama de Harry al ser no solo uno de los príncipes del Reino Unido iba a condicionar sus relaciones personales. El segundo hijo de Carlos y Diana de Gales, al no ser sucesor directo al trono, tuvo una adolescencia y adultez joven un tanto turbulenta y muy mediática, llegando a conocérsele como una figura ‘problemática’ en comparación a su hermano William, que siempre fue más tranquilo y acomodado a las expectativas de sus súbditos. Y es por eso que ver a Harry asentar cabeza significó mucho para las personas.
Meghan, por su parte, era distinta a lo que se podía esperar como pareja del príncipe y el impacto que generó fue grandísimo: estadounidense, actriz, birracial, divorciada, hija de padres separados, con un pasado escrito en redes sociales y sin temor ninguno a enfrentarse a las cámaras.
De los seis años de matrimonio que ahora Harry y Meghan están celebrando es evidente, y asi lo han dicho ellos mismo, que los dos primeros fueron los más complejos y de mayor prueba para la pareja. Esos fueron los años que vivieron al servicio de la monarquía británica y la implacable burbuja que la aprisiona.
Desde hace cuatro años, Harry y Meghan se asentaron en Estados Unidos, donde aún se mantienen abnegados a su servicio público, aunque ha quedado claro que las obligaciones en el Reino Unido son cosa de Harry, mientras que para el resto Meghan esta a su lado.
En estos años de matrimonio, la pareja también ya ha recibido dos hijos al mundo. Archie Harrison, que nació en el Reino Unido cuando sus padres formaban parte de la Casa Real, y Lilibet Diana, que nació en los Estados Unidos. Ambos ostentan el título de príncipes británicos por derecho propio y automático como nietos del actual jefe del Estado británico. Según el príncipe Harry, la protección de su familia fue el motivo principal para abandonar el Reino Unido y puede ser el factor determinante para que los niños no pisen suelo británico.