A dos semanas de que vecinos de las colonias San Juan de Aragón y Cuchilla del Tesoro, cercanas al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), denunciaron que percibían un olor a combustible proveniente de las coladeras. Autoridades informaron que se trata de huachicol de turbosina, un combustible exclusivo para aviones.
La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) de la Ciudad de México confirmó que se detectó la primera toma clandestina de turbosina en febrero de 2024. Un mes después se encontraron dos tomas más en la zona colindante con el Estado de México, y unas semanas después se descubrieron más tomas.
“Hemos detectado la primera toma clandestina de ductos de turbosina en la Ciudad de México. Es el único ducto que transporta turbosina que tenemos aquí”, señaló Humberto González de la SGIRPC de la CDMX en una entrevista con noticias N+.
Trabajadores de Petróleos Mexicanos (Pemex) se mostraron sorprendidos y declararon que desconocen el propósito de las personas que están extrayendo este producto, dado que es exclusivo para aviones.
Según las autoridades capitalinas, los pinchazos a las tuberías que transportan este combustible han aumentado en la alcaldía Gustavo A. Madero entre febrero y mayo de 2024.
Limpian alcantarillas
Luego de que los vecinos de las colonias San Juan de Aragón y Cuchilla del Tesoro reportaron el olor a combustible emergiendo de las coladeras. Personal de Pemex ha limpiado las alcantarillas y ha realizado aperturas en las calles para tomar muestras.
A través de una tarjeta informativa conjunta, explicaron a los vecinos que estas acciones se deben a las tomas clandestinas detectadas en la zona cercana al AICM, ubicado en la avenida Capitán Carlos León S/N, colonia Peñón de los Baños, alcaldía Venustiano Carranza.
Además, personal del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) y de la SGIRPC han realizado labores de desazolve en la red de drenaje de la zona, así como limpieza de registros y revisión del colector de la planta de bombeo de agua potable.
También se han llevado a cabo mediciones de niveles de explosividad, arrojando resultados que no presentan riesgos para la población, para tranquilidad de los vecinos.