El Parque Canino Ganhdi ya reabrió sus puertas luego de que la Primera Sala del Tribunal de Justicia Administrativa de la Ciudad de México (TJACDMX) revocara la suspensión de este lugar, ante las quejas de paseadores y vecinos que acudían con sus perritos a este lugar para soltar el estrés que cargan por ser animales de compañía.
La Dirección Ejecutiva del Bosque de Chapultepec realizó este 13 de julio la reapertura del corral para perros, y comenzó con labores de limpieza y la colocación del astillado de madera, además de reforzar acciones para que en dicho espacio se cumpla de manera armónica la función social y de bienestar para disfrute de los perritos, vecinos y paseadores.
Como parte de las acciones para la mejora en la operación de este sitio, el parque ya cuenta con una médico veterinaria responsable y con personal de vigilancia que, de manera continua, supervisará el cumplimiento del reglamento del parque.
Es decir, se encargarán de vigilar que se cumplan las normas del lugar, como: la cantidad de perros, limpieza del sitio y normas de comportamiento, a fin de salvaguardar el bienestar de cada uno de los que acuden al Parque Canino Gandhi.
La Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) invitó a la ciudadanía a hacer uso correcto del parque, respetando el horario y cumpliendo el reglamento que contempla el depósito de las heces en los contenedores instalados en el parque.
El acoso
Recalcar que hace unos días Publimetro realizó un recorrido por el parque canino, en donde los vecinos y cuidadores unieron voces y aseguraron que “los autos hacen más ruido que los perros”, en el marco de las denuncias de los vecinos de Polanco, quienes argumentaron que el ruido que emiten los animales (ladridos) produce contaminación auditiva.
Jacqueline, cuidadora de perros, relató que cuando se instaló el parque canino en 2022, todo iba bien; sin embargo, dijo que desde el año pasado algunos vecinos acudían al corral a hostigar y grabar a los canes, quienes jugaban –algunas veces– bruscamente entre ellos, lo que aprovecharon los inconformes para emitir quejas, mismas que escalaron hasta llegar a la denuncia por “contaminación auditiva”, que llevó al cierre temporal del lugar.
“De repente venía una señora y nos empezaba a grabar y a decir de cosas, en esos momentos los perros jugaban, y desde ahí empezamos a tener problemas con otros vecinos, después empezaron a decir que los ruidos. Pero luego pasan camiones que en verdad hacen más ruido que los perros, entonces sí se me hace muy ilógico que digan que por los perros, son perros y los perros van a estar comunicándose de esa manera”, expresó.