Miembros de la Iglesia católica realizaron un llamado urgente al Gobierno Federal y estatal para que se restablezca el estado de derecho en los municipios de la Sierra de Chiapas, frontera con Guatemala, donde se registran enfrentamientos entre cárteles que se disputan el control del territorio para traficar drogas, armas y migrantes.
En un comunicado firmado por Jaime Calderón, obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato, junto con 15 sacerdotes, se acusó al presidente Andrés Manuel López Obrador, y al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, de ser indiferentes ante la situación de violencia que desde hace dos años afecta a municipios y comunidades de la Sierra Madre, y que el Ejército Mexicano y la Guardia Nacional no han intervenido para proteger a la población.
“¿Hasta cuándo van a vivir tratando de esconder una realidad triste y dolorosa que nosotros vamos cargando día a día?”, cuestionaron los religiosos en el comunicado.
En dicho documento también se menciona que al rezago y la pobreza ancestral que han padecido, ahora los habitantes de la región tienen que vivir secuestrados en sus comunidades, pagar el derecho de piso al cártel que les corresponda según dónde vivan, ser obligados a estar por turnos en los retenes que impiden el libre tránsito y ahora a ser amedrentados, amenazados y obligados a participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga.
El obispo Calderón destacó que los cárteles obligan a los civiles de la zona fronteriza con Guatemala a participar en las disputas. Esta situación se presentó especialmente los días 20 y 22 de julio de 2024.
“La gente de los cárteles disponen a su antojo de la población; y por el otro lado, la presencia de los destacamentos de la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano que hacen nada por la población a la que ven sufrir día a día”.
Asimismo, se admitió que los cárteles controlan a las comunidades a través de personas locales, quienes, a cambio de un sueldo, han olvidado el sufrimiento y la muerte de sus propios hermanos.
La Iglesia católica también hizo un llamado a las personas de las mismas comunidades que trabajan para los cárteles de la droga a arrepentirse y “enmendar el camino”. Pidieron a los habitantes de la Sierra no callar la situación de violencia y derramamiento de sangre a la que han sido sometidos por el crimen organizado.
Recientemente, el presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, confirmó la llegada a su país de casi 600 personas que huyeron de la violencia en Chiapas, en busca de refugio.
