Con la llegada del Tren Maya al suroeste mexicano, el estado de Yucatán ha captado el interés de inversionistas hoteleros. Recientemente, se dio a conocer el desarrollo de dos hoteles cinco estrellas en el estado, con previsión de estar terminados dentro de tres años: Hacienda La Peregrina en Mérida y el Hotel Franciscana en Valladolid.
Estos proyectos fueron anunciados por Tierras de Origen, firma mexicana pionera en la comercialización de propiedades y atracción de inversionistas para proyectos inmobiliarios, durante una conferencia de prensa en la que promovieron la inversión en estos desarrollos.
Hacienda La Peregrina
Situado en las tierras que una vez pertenecieron al gobernador Felipe Carrillo Puerto, Hacienda La Peregrina se inspira en la historia de amor entre la periodista estadounidense Alma Reed y Carrillo Puerto. El proyecto combina el encanto histórico con comodidades modernas y contará con un hotel de 109 habitaciones, incluyendo suites y habitaciones estándar equipadas con servicios de primera clase como restaurante, spa y gimnasio.
Valladolid
Parte de la prestigiosa colección Vignette operada por IHG, el Hotel Franciscana ofrecerá una experiencia de hospitalidad de lujo en Valladolid. Con 102 habitaciones, incluyendo suites y estándar, el hotel contará con un spa, cocina gourmet y estará ubicado en la Avenida de Los Frailes, la arteria principal de la ciudad.
Ambos proyectos subrayan su compromiso con el medio ambiente y el respeto por la rica herencia cultural de la región bajo el lema “Por el placer de construir sin destruir”.
Estos nuevos desarrollos hoteleros prometen elevar el perfil turístico de Yucatán, atrayendo a visitantes de lujo y fomentando un crecimiento económico sostenible en la región.
Atractivo para Inversionistas Internacionales
Durante la presentación, Tierras de Origen destacó detalles de los proyectos que apuntan a captar principalmente al turismo de lujo de Estados Unidos, Canadá y Francia, con un pronóstico de crecimiento significativo en los próximos tres años en la región.
El 65% de los inversionistas son internacionales, destacando especialmente los estadounidenses de origen latino, mientras que el 35% restante proviene de inversionistas nacionales.